Limantour CDMX
Foto: Alejandra Carbajal

Antros y bares en la Roma

Baile, cerveza, cocteles y lo mejor de la vida nocturna en una de las colonias con mejor espíritu de fiesta en la Ciudad de México

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La Roma es una de las colonias más interesantes de la CDMX: los restaurantes y cafés en la Roma tienen propuestas de alta gastronomía, y si buscas bien encuentras restaurantes buenos, bonitos y baratos en la Roma

Además, ir de shopping en la Roma es parte de la experiencia, ¡ofertas ilimitadas! Si cae la noche, acude a los lugares para precopear en la Roma para calentar con lo mejor de la vida nocturna.

Recomendado: Los 20 mejores bares de la CDMX.

Los mejores antros y bares en la Roma

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Pulquerías
  • Roma
  • precio 1 de 4

Este club se encontraba en República de Salvador en el Centro, pero recientemente mudó su concepto de pulquería-foro-punk a una casona de la Roma que recuerda la tradición okupa, de los tiempos en los que los punks invadían casonas abandonadas para vivir o montar salas de ensayos y hasta conciertos. Funciona con dos niveles: el primer piso, en el que hay varios cuartos para un deambular a un ritmo más relajado y que también suelen funcionar como salas de exposiciones para promover obras de artistas emergentes. La planta alta cuenta con un pequeño escenario en el que no sólo se presentan bandas de música, también es un espacio disponible para eventos culturales, presentaciones de libros, lecturas o debates. Los precios son accesibles (a veces desde los $20), la barra es famosa no sólo por las cervezas sino por la carta de curados de pulques y algunos platillos para degustar. Si bien es un lugar de raíces punk, es común escuchar secuencias de tendencia new wave, dark, mucho postpunk, industrial y gótico. Son muy alivianados para complacer a los asistentes siempre y cuando los géneros musicales sean primos cercanos. Quizá los baños se pasen de punk, pero bueno, es parte de la experiencia.

Musak
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma

Una nueva casa para jazz, soul, disco, funk y electrónica: Musak, el hi-fi listening bar del restaurante Tres Tonalá, cuya mixología fue curada por Mica Rousseau (Fifty Mils) y supervisada por el italiano jefe de barra Raffaele Chinea. Bajo el mismo formato de un speakeasy, hay que preguntar al llegar, pues la magia de la entrada ocurre tras una pared que se mueve. En cuanto ingresas la música penetra de manera diferente: el espacio parece un ecualizador gigante que da total libertad a la música sin perturbar el volumen de tus conversaciones. Elegante y Gatsby-neano, toma asiento en los aterciopelados sillones y rodéate por los tonos dorados y azul marino. Deja que Billy Preston (la figura del soul) sonando al fondo te guíe sorbo por sorbo al frank sinatra, un trago seco con tequila, tonos de clavo, nuez y pimienta con una crusta de chocolate que se derrite entre mordidas. BB King no apareció con su guitarra, pero sí en una muy agradable mezcla de bourbon con coco y vainilla para aquello de lo tropical, sumado con piña tatemada, amaro y limón amarillo. Serge gainsbourg conserva la misma actitud de este versátil compositor parisino, es un trago de mezcal con licor de chile ancho y rebajado sutilmente con té roiboos. A la sensualidad de Musak se le añaden sesiones en vivo de djs y grupos invitados, ofertas frescas que complacen a melómanos y sibaritas por igual. Total, del buen trago y la buena música nadie te quita lo bailado. 

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  • 5 de 5 estrellas
  • Antros
  • Roma
  • precio 2 de 4

Si no estás en la lista de invitados, si no eres amigo de Zemmoa –la cadenera travesti– o si no cuentas con tarjeta o anillo de membresía, pasarás un momento incómodo afuera de una puerta cerrada mientras una pequeña cámara te observa. Entrar a uno de los mejores antros de la ciudad no es fácil, pero si lo logras querrás regresar cada fin de semana. M.N. Roy, “Em. En. Roy”, “Monroy”, “Roy” o como quiera que le llames, lleva el nombre de la persona que habitó la casa que hoy ocupa este ecléctico espacio arquitectónico: Manabendra Nath Roy, revolucionario, activista y teórico indio que a principios del siglo pasado fundó el Partido Comunista Mexicano. Un siglo después, en lo que alguna vez fue una guarida socialista, hoy podrás encontrarte a León Larregui de Zoé (socio del lugar) dando vueltas por ahí o a Adanowsky y otras figuras de la escena artística poniendo discos. Al cruzar la puerta negra de la entrada, la creación de los arquitectos Emmanuel Picault y Ludwig Godefroy contrasta con la descuidada fachada exterior. Un pasillo claroscuro, con paredes de piedra volcánica grabadas con arte puuc te llevarán al cuarto principal. De lado derecho, el DJ booth se alza debajo de paredes de madera de doble altura que asemejan una pirámide, mientras que del lado izquierdo, la barra principal se extiende debajo de altos techos y paredes con recubierta de cobre. Para tomarte un descanso, sube al segundo piso, donde una fila de columpios se prestan para platicar con trago en mano y fuma

Patrick Miller
  • 4 de 5 estrellas
  • Antros
  • Roma
  • precio 1 de 4

Por más de dos décadas, su piso ha atestiguado los mejores pasos de la urbe dentro de sus círculos de dance-offs. Ahí, todo tipo de personajes de la ciudad –bailarines, hipsters, fresas, rucos y taxistas– se unen por el amor al desgaste de suelas. Lo mejor es ir en las noches de los ochenta, noventa y dos miles, que son mucho más amigables que las intensas de high energy, que podrían parecen muy sanas para los inocentes: todo mundo tiene una botella de agua en la mano. (Para saber qué toca hay que checar el calendario en la página). Vale la pena asomarse un rato al círculo de competencia de baile y ver los asombrosos pasos de quienes van cada viernes. Ellos, los héroes del lugar, se toman el baile en serio y van de pants, aunque nunca faltan las que no supieron y fueron de vestido y tacones. Lo más recomendable es ir cómodo. Todo esto da un feeling de esas películas taquilleras adolescentes de concursos de baile. Tras la adictiva primera visita podrás llegar a pensar que los viernes fueron exclusivamente creados para celebrar en esta bodega de paredes pintadas de colores neones, que bien podría haber sido un lugar de laser tag. Una bola disco y vigorosas luces estrambóticas son más elementos del encanto propio del lugar. Entre tanto baile, y a falta de aire acondicionado, el sudor fluye sin pudor alguno. Para saciar la sed en este magno-sauna hay dos opciones: agua y cerveza. Comprarlas implica hacer una fila (kilométrica, a veces), conseguir una ficha y cambiarla en la barra

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Departamento
  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

La comunidad fiestera de la CDMX a veces prefiere quedarse en casa, aunque eso no quiere decir que el desmadre se encuentre temporalmente suspendido; la próxima vez que pregunten dónde es la fiesta, la respuesta que tienes que dar es Departamento. El nombre de este bar te explica lo que te espera, un interiorismo que te recordará al depa de un amigo listo para agarrar la fiesta, con todo y tornamesa en la sala y luces tenues que te incitan a quedarte durante horas discutiendo sobre los artistas en los discos de vinil; cada elemento de Departamento está pensado para despertar tu calor hogareño e íntimo. Ya que te sientes como en casa decides si bailas o platicas. La propuesta musical embona con el concepto y con la colonia; suena en su mayoría beats relajados de música electrónica con dj en vivo, hasta un poco de rock en inglés y en español. Es el lugar ideal para beber una cerveza y quitarte la sed, unos whiskys cuando quieres enfriar los pensamientos y relajarte, o unos mezcales para brindar por la noche y por tus anfitriones que pusieron la casa; sólo recuerda avisarles antes de llegar, contáctalos por Facebook y haz reservación.

Poe
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 4 de 4

A unos pasos de la Fuente de la Cibeles y con un concepto inspirado en el célebre poema “The Raven” de Edgar Allan Poe, este nuevo antro se antoja gótico, oscuro, lúgubre e intenso, todo eso que nos encanta a los amantes de las noches largas.Cuando escuché de este speakeasy me encantó la idea de visitar otro bar secreto y casi inaccesible; una tendencia que está cobrando fuerza en la ciudad, con antecedentes como el Parker & Lenox en la Juárez o el Jules Basement en Polanco.Asegurar mi entrada implicó una labor de observar e intuir. En su Facebook sólo aparecen anuncios de los djs invitados y un teléfono en el que es difícil que te contesten. Por otro lado, aunque tampoco tienen cuenta de Twitter, es posible detectarlos gracias a algunos hashtags, como #MouthWideShut o #speakeasy (es probable que al momento de la publicación de este artículo, los hashtags ya no sean los mismos).No me dejé vencer por tanta secrecía y después de insistir vía telefónica en varias ocasiones, les envié un mensaje por Face. Me contestaron con una clave: otro número de teléfono. Marqué, y una voz seca y carente de emoción se escuchó al otro lado de la línea. Repetí mi interés de hacer una reservación y di mis datos. Un simple “ok” y ya estaba dentro.El día elegido esperamos la llegada de la medianoche. Un par de cadeneros gigantescos se paseaban por la banqueta frente a un restaurante de hamburguesas. Mujeres entaconadas y hombres bien vestidos desentonaban con el tono desfachatado e informal del re

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Licorería Limantour
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

La renovada fascinación por la coctelería en México surgió con un nombre: Limantour. Fue uno de los primeros bares en nuestra ciudad que decidió salirse de la vía y ofrecer una experiencia que se aleja de una simple barra con cocteles que no van más allá de los martinis.Aquí, la ciencia de las bebidas llega a niveles insospechados, con combinaciones etílicas que resultan sorpresivas al paladar; sus tragos incorporan ingredientes dulces, amargos, hierbas y bitters, mezcales y gin, en un juego constante que homenajea tanto a aquellos bartenders de los años veinte, como busca innovar en sus mezclas.Es común encontrar a reconocidos bartenders invitados detrás de la barra, y por temporadas es posible toparse con concursos que giran en torno a temáticas específicas (gin tonics o cocteles con té, por mencionar algunos).El menú de Limantour hace una referencia a un viaje por el mundo, a través de 20 cocteles. Con un trago, podemos sentirnos en una cantina antigua en el centro de Buenos Aires, en un sencillo pub escocés o en un bar underground de Brooklyn.Me decidí por un road trip a Oaxaca con el jamaica mezcal, que lleva bitters de chocolate. El trago se sirve en una de esas jícaras que encontrarías en cualquier mezcalería cercana a Monte Albán. El primer sorbo quema delicioso; el calorcito se apodera de tu garganta para bajar directo a tu corazón. Unos segundos después, viene el retrogusto de chocolate, sorpresivo, casi imperceptible pero cautivador.Después, viajé a Argentina con e

San Luis Club
  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Antro
  • Roma
  • precio 2 de 4

Con un gran letrero luminoso presumen de ser “su lugar romántico de México”. Esta es la entrada a un salón de baile con 73 años de tradición. Su aire retro de inmediato transporta a una época de machos y ficheras. Una mujer ataviada con un vestido negro aterciopelado recibe a quienes ingresan a este submundo ficheril. La decoración es igual a la de cualquier cabaret estancado en los años cincuenta: luz tenue, tonos rojizos, espejos en las paredes y chicas de falda corta sentadas en las piernas de los comensales u ofreciendo un baile por 30 pesos. Además de grupos de señores que pagan por la compañía de alguna chica, también van congregaciones de hipsters y expertos en salsa que acuden para bailar con música de orquesta en vivo. Por aquello de la ficha, no hay que extrañarse de que pidan consumo mínimo (puede ser de hasta 400 pesos), o que un refresco chico o una cerveza cuesten 55 pesos. Todo esto son pequeñeces por la experiencia de ser parte de un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.

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Waikiki Tiki Room
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

La CDMX se torna hawaiana, pues en una de las colonias con mayor riqueza nocturna abrió sus puertas este local que nos llena de aires salinos y playeros. Waikiki Tiki Room es todo lo que dice su nombre: un cuarto tiki, cuya temática evoca la cultura surgida en Estados Unidos inspirada en las islas polinesias con cocteles exóticos. Walter Meyenberg (Hanky Panky, Huset), su socio Juan Pablo Arredondo y Tomás Bermúdez (chef de La Docena) son las mentes detrás de este concepto, donde hay dos sencillos pasos para una visita provechosa: hacer reservación (con anticipación) y fijarse en cada detalle. De pies a cabeza el lugar es una invasión tropical que te recibe con un aloha plasmado en el mural, lámparas de bejuco y cortina elaborada con conchitas de mar; las decoraciones e inmueble provienen de talentos mexicanos. Cualquier fiesta tiki puede jactarse del elemento de la diversión, y tras la barra de Waikiki lo tienen muy presente: un cuadro del Capitán de Bob Esponja es indicio de que lo bueno está por comenzar, seguido del show coctelero con el que cada mixólogo domina el área. En mi visita probé el saturn que lleva tanqueray, gin, jugo de limón, maracuyá y jarabes dulces con tono a Caribe; up in smoke es la bebida que no sabías que necesitabas en la vida: mezcal, jugo de piña carbonizada con chipotle infundido de jarabe de agave.  La cocina es de materia y tono internacional, como un ceviche de coliflor con leche de tigre de coco, suave y cremoso para abrir el apetito. Del lado

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

Bien dice la canción popular “La Bruja”: qué bonito es volar a las dos de la mañana. ¿Y saben qué también lo es? Salir del bar a esa hora. Pero mientras esperamos que la dinámica madrugadora en los bares de la ciudad se retome, nos quedamos hasta las 10pm volando dentro de Brujas. Esta nueva apertura yace en la planta baja de “la casa de las brujas”, el edificio en la Roma con techo en forma de pico y donde, cuenta la leyenda, habitaba una chamana de nombre Pachita. El hechizo inicia con un interior de hipnotizantes tonos cobrizos y mucho uso de madera, mientras el resto de los elementos juegan con el misticismo de este concepto mágico: tienen libros de pasta dura sobre las repisas a la altura del techo, taxidermia, artefactos antiguos y botellas de diversas etiquetas que me gusta pensarlas como elixires nocturnos. Brujas puede visitarse bajo cualquier modalidad: en solitario, con pareja o con el aquelarre (por el momento evitando grupos mayores a cuatro personas/brujas/brujos), aunque desde la barra tienes mejor vista de las manos maestras: cuatro barmaids que alternaron el caldero por maceradores y shakers. Liderado por Gabriela Lozada (Hanky Panky, Pujol) y remarcado con Karen Paz, Ingrid Aparicio y Carmen Uribe, este grupo trabaja coctelería contemporánea y de autor bajo la inspiración de los años 30 y 40, cuya fusión de ingredientes tiene un sentido juguetón en el paladar dependiendo del trago que elijas. El yellow witch nos llevó a una isla tropical gracias al limón ama

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  • 4 de 5 estrellas
  • Antros
  • Roma
  • precio 2 de 4

Todos los caminos llevan a Mama Rumba. Quien no ha ido puede considerarse extranjero en la ciudad. Lo revisitamos por ser catedral del mojito en el DF y para comprobar que luego de 21 años sigue siendo referencia obligada del guateque cubano en la Roma. Nació como un centro de gastronomía caribeña y creció por gracia de un grupo de teatreros cubanos que llegaron para trabajar ahí, nos cuenta Luis Tukio, su gerente. Su ambiente ha ganado tal fama que igual ha celebrado ahí su cumpleaños el director de cine Martin Campbell (La máscara del Zorro) o la actriz Catherine Zeta Jones. Y si tienes suerte, en una visita casual, podrías encontrarte a Johnny Depp y Javier Bardem, pues justo ahí estuvieron días previos a la grabación de la película Antes de que anochezca. Todas las noches hay grupo en vivo y cada quince días está Manolito el imitador de Celia Cruz. La oferta musical la completan  grupos como Van Van, Paulito F.G., Bamboleo, Charanga Habanera, Elito Revé y en su momento el legendario ensamble Buenavista Social Club. Pero sin duda, al menos para las chicas, el día idóneo es el miércoles, pues no pagas cover. La disposición de las mesas permite que los dos pisos del lugar sean una pista de baile enmarcado por la barra de madera y tabique. Las bebidas clásicas son el mojito clásico, la cuba libre, daiquirí, o la cervezas cubanas Bucanero y Cristal. De platillos, el chef recomienda las masitas de puerco, los sándwiches cubanos, croquetas, mariquitas o el plato cubano. El perso

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Roma
  • precio 2 de 4

Pareciera una cantina de esas que llevan en su sitio ya varios años, un lugar de tradición de la Roma, como podría ser La embajada Jarocha o El Covadonga… pero no. Lo que pasa es que lo hicieron bien. Hallaron una esquina que pareciera discreta, casi aleatoria, a pesar de que esa acera de Orizaba se ha llenado de barecitos de pocas mesas para el mismo tipo de público: el habitante desenfadado de la Roma. Ese que si no es escritor o cineasta, entonces es pintor, antropólogo, o arquitecto bohemio. Aquí lo que rifa son los mezcales. Hay amplia variedad de marcas (aunque rara vez suelen tenerlos todos en existencia). De hecho, por lugares como este es que empieza a ser costumbre esa frase de la desesperación urbana contemporánea: “Urgen unos mezcales”, “Mezcal necesario”, “Tenemos que echarnos unos mezcales para platicar de eso”. Esta curiosa situación divide a la concurrencia entre los existencialistas (que están ahí para que el mezcal encauce sus conversaciones e ilumine sus vidas) y los hedonistas (que están ahí para pasárselo bien más que nada, qué necesidad hay de andar elaborando complicaciones a la existencia), y unos y otros se reparten pacíficamente las mesas del interior y de la banqueta. La cocina cierra pronto, por lo que es preferible atascar primero y beber después y no al revés. El surtido de quesadillas es sumamente digno y bien servido, cubiertas de crema y lechuga y salsas que pican con autoridad. Aquí hay que llegar temprano, antes de que se ponga el sol, y que

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Gin Gin
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

“El gin tonic ha salvado más vidas y mentes de hombres ingleses que todos los doctores del imperio”, dijo alguna vez Winston Churchill quien —además de ser un gran líder político— era un loquillo al que le encantaba bromear, razón por la que decía cosas como la anterior. Todos sabemos que el gin tonic no sólo ha salvado las vidas y las mentes de ingleses, sino de gente de todo el mundo, incluyéndonos a los mexicanos. Es cierto que nosotros tenemos el tequila y el mezcal, pero ambos están destinados a la fiesta absoluta o al tratamiento contra el mal de amores. El gin es para otros momentos. Es uno de los destilados favoritos por su frescura, su suavidad y las benévolas bayitas de enebro de las que está hecho y que, desde épocas ancestrales, se consideran medicinales (punto extra para Churchill). Así que podemos concluir que el Gin Gin es una suerte de botica disfrazada de bar, cuya carta presume una gran variedad de pócimas curativas en forma de gin tonics que, si bien respetan al clásico (hecho con gin, agua tónica y una rodajita de limón), nos regalan nuevas maneras de disfrutar este viejo gran trago. Tres imperdibles son el vellocino de oro (gin, aceitunas, romero, aceite y rodajas de limón griego y agua tónica), el acapulco golden (gin, infusión de mate y coco y agua tónica) y el acidito mexican pimms (gin infusionado con rooibos y frutos rojos, cinzano, extracto de jengibre, jarabe natural, jugo de limón, mix de frutas y ginger ale casero, decorado con un trébol comestib

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Gastropubs
  • Roma
  • precio 3 de 4

Jazzatlán Capital lleva más de 10 años en México. El espacio bohemio nació en Cholula, Puebla, para que cualquier visitante deleitara el gusto y oído. A finales de 2018 se extendieron más allá de las tierras poblanas y el proyecto fundado por Rodrigo Moctezuma aterrizó en la Roma. Con restaurante y tap room, ya tienes un nuevo lugar para escuchar jazz en la CDMX. En el lugar se toma chela artesanal y se ofrecen principalmente antojitos mexicanos, pero lo más importante es el jazz. La cartelera cambia cada mes. En el segundo nivel de esta casona se encuentra el pequeño escenario para escuchar bandas en vivo, como Champetos del Jujú,  con música africana y caribeña con ritmos de jazz, y JAB/Jenny Beaujean.  Si el antojo poblano acecha antes de las horas fiesteras, hay menú completo con sándwiches a la parrilla, hamburguesas y tacos, como el de quintoniles y tlalitos: esos crujientes trozos de chicharrón que agarran sabor del picante rico. Para beber, el espadín de la casa es la compañía ideal; si puedes, tómalo derecho. De la selección de cocteles, probé el ella fitzgerald por el simple antojo del gin (aunque como consejo: dedícale las noches de jazz al mezcal). El coctel lleva guanábana, limón, jarabe y aroma de cardamomo y albahaca; fresco y de presentación coqueta, grande de tamaño y cumplidor para relajarse.  Espera a que caiga la noche para adentrarte en el universo jazzero. Yo llegué a las 11pm de un viernes y la energía se desvaneció poco tiempo despúes (¿mala suerte?)

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Hotel Casa Awolly
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 4 de 4

Me avisaron de un bar –cuyo nombre hay que preguntar dos veces– en donde los tragos estaban excelentes, y que según esto, servían un tuétano increíble. Con toda sinceridad, no imaginé la magnitud de lo que se escondía en Sinaloa, en plena Roma. Me perdí entre Medellín y Monterrey, caminé la cuadra sin sospechar que el lugar no posee un letrero exterior. Lo descubres por sus anfitriones en la entrada, casi como escoltas de seguridad. Iba sin reservación, pero no me iría sin descubrir el misterio así que le eché ganas. Llegué al comedor ubicado en la planta baja, mis sentidos se saturaron al procesar la decoración y fue entonces que comenzó el surrealismo. Todo era elegante, simulaba un patio con un piso verde de patrones circulares que se extendían a la pared y hacia el techo. Me sentaron junto a un área privada con una mesa de destellos caoba y rodeada por un librero color turquesa. En una pared, arriba de todos, proyectaban un filme de Hayao Miyazaki. Averigüé que la cocina era de Irak Roaro y le regalo mi 2017 por el tuétano con topping de short rib. Hornean el hueso con migas de panko y chiles secos, encima tenía trozos de short rib de sabor acaramelado y unas cebollitas con sabor ácido. Acompañado de una salsa martajada de jitomate y tortillas calientitas. Quedé con el ojo cuadrado: no probé una mejor receta en todo el 2016. Lo acompañé con un coctel aggi-doggi de ron y campari, lo especial es que lo hacen con una compota de ciruela con chi

La Bodeguita del Medio
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 2 de 4

El son cubano resuena en cada rincón de esta casa con tres pisos, los mensajes de sus visitantes decoran las paredes, aun si es tu primera vez, evita el verte novato volteando a todos lados tratando de encontrar firmas reconocidas (tendrás tiempo después del primer mojito). Se dice que esta tradición empezó en la Bodeguita original de La Habana, Cuba, en la que se pueden encontrar firmas de personajes como Agustín Lara o Ernest Hemingway. Para paladear el sazón cubano, botanea unos tostones a base de plátano frito, rellenos de picadillo o de camarón o, si tu plan es algo más fuerte: el pollo cubano con arroz blanco y frijoles con plátano frito, sí, puede sonar sencillo, pero basta probar la suave carne condimentada y el contraste de sabores para no detenerse hasta ver limpio el plato, pero guarda espacio para un flan de naranja muy a la Bodeguita. Ya más en ambiente, después de los mojitos y la cena, debes probar una cerveza cubana antes de seguir con la clásica cuba libre. Si vas en martes, las clases de salsa para lucirte en la pista vienen incluidas, pero cada noche el son cubano en vivo acompaña los shots. Si eres partidario del tabaco, antes de salir pasa a la tiendita por un auténtico habano made in Cuba.

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Yellow Bird Bar
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

Rompieron el patrón del bar secreto y jugaron una carta más sofisticada: ser un club social para beber. Pero lejos de que este concepto intimide, se portan de manera amistosa y cualquiera puede ingresar con reservación o con un pin de cliente frecuente. Así, Yellow Bird Bar aterriza en el sótano de una casa porfiriana para recibir a exploradores cocteleros. Tan estrecho como pasillo de tren y tenuemente iluminado, el interior se siente íntimo y a la vez divertido (señala a la bola disco y a la máquina de frappés). Hay dinamismo tras la barra con la presencia de los bartenders y socios Ricardo Sandoval (ganador World Class México 2014), Braulio Hernández (Madre Café) y Rodrigo Valdéz, mientras en una repisa yacen barricas que añejan nueve cocteles clásicos y un refri retro con cocteles al vacío— casi congelados y sellados en bolsa—. Tres cosas que llevan el mismo nombre: el bar, la canción del Arthur Lyman (1957) y este trago: yellow bird luce coqueto en un vaso en forma de ave y deja toques de sabor caribeño gracias al ron con jugo de piña, galliano (licor de hierbas) y crema de banana. Este último elemento le da cuerpo y aroma mientras las piezas herbales equilibran el dulzor. El blue demon soda resulta burbujeante gracias al prosecco, tropicaloso con curaçao azul chillante y vodka en un vaso que simula una tina; échale el dulce acidito de limón que te dan y bébelo en cuanto se deshaga como jabón en el agua para saborear la efervescencia. Necesita algún otro ingrediente que

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 3 de 4

Este cocktail bar se posicionó hace más de diez años como una gran opción para quienes aman experimentar con la alta coctelería, antes de que nacieran muchos de los bares de cocteles que ahora pueblan las listas de los 50 Best. Fuera de los cocteles empalagosos o demasiado frutales, aquí han respetado la historia de los licores sofisticados. Siempre emparejados con buena música, especialmente los miércoles que hay tocadas en vivo.  Unas escaleras al lado de Loup Bar te conducen al lugar, un tanto secreto y oscuramente seductor, que se volvió famoso por servir absenta, la bebida eternamente asociada con el medio artístico parisino del siglo XIX.  Si quieres la experiencia auténtica, pide esta bebida (que tienta a cualquiera a portarse mal) en una fuente de cristal antigua. O prueba alguno de los cocteles que la contienen, como el Artemisa Sour, una clásico que brilla (literalmente tiene luz) sobre la barra. Además del absenta Satvrnal, lleva mezcal espadín, miel de rosita de cacao, limón, toronja y clara de huevo.  Otro de sus signature cocktails es el negroni más salvaje que vas a probar, se llama Negrosky y lleva sotol, Cynar, Aperol y Fernet. No te asustes, no todo aquí es tan intenso, si quieres empezar leve, mi recomendación es un fresco Salmoncito, con ginebra, Campari, toronja y agua tónica para acompañar tus aceitunas o una tabla de quesos del rancho Cuatro Encinos. Te recomendamos: Rumores Butcher shop

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Club Petanca Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Bares de hotel
  • Roma

Parece que los buenos lugares se esconden para aumentar la emoción de ser hallados. Club Petanca Roma es uno de ellos: al fondo de un restaurante,  y si no fuera por los aplausos y bullicio lejano, pasaría desapercibido. Una plancha de arena es el escenario principal donde los jugadores preparan sus mejores tiros contra sus adversarios. El deporte que practican da nombre al bar, petanca es un juego europeo que involucra bolas de acero y un boliche (bola pequeña de madera) como meta. El vencedor es el que logra llegar más cerca del boliche. Si no eres hábil en el deporte, te reciben amablemente en la barra con destilados y vino. Para ponerte a tono y animarte a jugar, pide un espadín ligero: mezcal en su presentación original traído desde Oaxaca, ese que desde el primer besito te llena de confianza. La coctelería es básica pero abundan los distintos tipos de licores y cervezas de etiqueta mexicana. Acá sirven vino al estilo tap room; la copa del Espuma de la Casa, proveniente de Ensenada, se sirve fría y te sienta bien al estómago si pediste algo para comer. La oferta gastronómica incluye tortas, fruta, chilaquiles, huevos, guisados, ensaladas, cortes de carne, tuétano, quesos y botanas. Pero si sufres de hambre voraz, ordena una salchicha de pollo o de cerdo. Ambas están jugosamente llenas de sabor y calientitas por el pan suave que las abraza. El sabor lo resaltan la mostaza, catsup casera, relish y cebollas encurtidas. Acompáñala con chips de camote y dip de habanero para

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 3 de 4

Durante décadas fue una apacible cantina cuyos clientes se dedicaron a envejecer al tiempo que bebían y jugaban dominó. Pero algo pasó a principios de los dosmiles. Una cada vez más nutrida banda de escritores, cineastas, artistas plásticos, diseñadores, arquitectos, periodistas, bellas modelos extranjeras y personajes afines, fueron arrinconando a los parroquianos originales, y por esa costumbre informal de beber antes del fin de semana, se instauraron los “jueves de Covadonga”. Por unos años, los jueves a la medianoche se volvió prácticamente imposible moverse entre el tumulto de covadongueños que brincaba de una mesa a otra, saludando a los colegas del gremio. Un ambiente en extremo animado y sociable, por demás inusual si consideramos que la decoración tiene el mal gusto de un consultorio médico, las luces que iluminan el sitio son tubos de neón tipo oficina y que no se escucha música alguna, sino únicamente el ronroneo de las conversaciones y el plim plim de los cubiertos. Entre esa multitud se mueve un pelotón de meseros increíblemente diestros y de memoria prodigiosa. En algún momento, a la usanza de muchas cantinas, la fiesta se interrumpe cuando alguno de los clientes grita a todo pulmón el nombre de otro comensal. Pongamos por caso: “¡Juan Pérez!” A lo que los cientos de presentes, a coro, responden: “¡Uleeeero! ¡Uleeeero!” (bueno, la palabra no empieza precisamente con U), y luego vuelven tan campantes a sus conversaciones. Pero de un par de años a la fecha eso ya

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