Museo del Templo Mayor
Foto: Alejandra CarbajalMuseo del Templo Mayor

Museos de historia

Elegimos los recintos culturales que dedican parte de su colección al recuento histórico de nuestro país

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  • 4 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Miguel Hidalgo

La escuela te arruina muchas cosas, la historia de México repasada año con año durante la primaria puede tener como consecuencia la repulsión al escuchar nombrar a Josefa Ortiz de Domínguez. Lo mismo sucede con este museo, el lugar favorito de los maestros, quienes lograron que un lugar tan maravilloso pareciera un castigo. Muchos no han regresado desde los diez años, pero vale la pena volver.

Museo Nacional de Culturas Populares
  • 3 de 5 estrellas
  • Arte
  • Del Carmen
  • precio 1 de 4

Este museo es un esfuerzo por preservar y difundir las distintas manifestaciones de las diferentes culturas que tiene nuestro país. El museo te recibe con un grafitti ejemplificando a los “tejedores de sueños”, más adelante encuentras la única pieza permanente del museo: un árbol de la vida (como ésos que puedes comprar en el mercado de Valle de Bravo) de cinco metros y que representa el mestizaje de nuestro país. Las manifestaciones culturales no se quedan en cuadros y objetos, ya que hay conciertos de música mixteca, bailes purépechas y recitales en náhuatl por decir algunos. El hecho de no tener exposición permanente hace de este museo una experiencia distinta cada vez que lo visitas. Se han expuesto cuadros y objetos huicholes, el arte textil de los indígenas amuzgos (quienes tejen en telar y hacen huipiles, rebozos, etcétera), una exposición sobre el maíz y su importancia en nuestra cultura y pintura sobre amate. Este museo no deja atrás otra de nuestras herencias culturales más importantes: la comida, dependiendo de la exposición que te toque puedes aprender desde la receta para crema de huitlacoche hasta cómo tostar chapulines. Si te late mucho la cultura popular tienes que preguntar sobre los distintos talleres que ofrecen.  

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Museo Histórico Naval
  • 3 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Historia
  • Cuauhtémoc

Es uno de los museos ocultos del Centro Histórico. Está en el cuarto piso del majestuoso Palacio Postal, diseñado por Adamo Boari y que además es una de las construcciones más importantes de arquitectura ecléctica en México. El museo fue inaugurado el 23 de noviembre de 2004. Consta de seis áreas temáticas dedicadas a la historia de la navegación  y la importancia de la Marina Armada en México. Al salir del elevador antiquísimo que te transporta a las salas de exhibición, te toparás con modelos de barcos antiguos a escala y fichas de información donde te cuentan la evolución de los botes y navíos, desde las chalupas prehispánicas hasta las carabelas y las embarcaciones piratas. Posteriormente, en la sala de cartografía, se muestran mapas y herramientas antiguas con las que se elaboraban los trazados y dibujos. Las últimas salas del museo están dedicadas a la historia de la Fuerza Naval en México. Hay pinturas de los capitanes y marinos más relevantes, uniformes reales, trajes de buzo y piezas de armamento como espadas, sables, cañones, rifles y metralletas. También verás una vitrina con modelos de todos los nudos marineros. Otro atractivo del museo es que tiene acceso a la terraza del palacio, hay telescopios con los que puedes observar la parte más elevada de la Torre Latino y el Palacio de Bellas Artes.

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Museo Nacional de Historia
  • 4 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Historia
  • Miguel Hidalgo

El Museo Nacional de Historia, dentro del Castillo de Chapultepec, es un recinto que narra etapas trascendentales de la historia de nuestro país. Si sus paredes hablaran podrían contarnos detalles de la estadía de los emperadores Carlota y Maximiliano, los sucesos durante la lucha de los Niños Héroes y la estancia presidencial de Lázaro Cárdenas, quien en 1939 lo decretó como un acervo histórico y le dio su nombre actual. Este edificio fue una ermita, una fábrica de pólvora, sede del gobierno de Guadalupe Victoria, instalaciones del Colegio Militar y el hogar de Sebastián Lerdo de Tejada. Cuando lo visites, te darás cuenta de que un día no basta para recorrerlo completamente, lo que puedes hacer es planear tu itinerario o contratar el servicio de un guía. En la sala Siqueiros encontrarás la etapa de la Nueva España hasta la modernidad del siglo XX. La planta alta contiene vestuario, muebles y decoración pomposa muy al estilo europeo; y por último, está la biblioteca, abierta de lunes a viernes de 9am-4:30 pm.

Museo Nacional de las Intervenciones
  • 3 de 5 estrellas
  • Arte
  • Zona Metropolitana
  • precio 1 de 4

Un lugar que vale la pena ser visitado por dos buenas razones: se trata de una joya arquitectónica que alojó al Convento de Churubusco en el siglo XVI y desde 1981 alberga al Museo Nacional de las Intervenciones, con una museografía didáctica que muestra de forma paralela dos historias: la de la defensa de la nación en contra de las intervenciones extranjeras y la de la construcción de la República. Este año, el museo presenta una nueva museografía con herramientas multimedia, maquetas, fotografías y elementos que permiten al público adentrarse en episodios decisivos de la historia de México y de la construcción de la identidad nacional. Cada mes organizan visitas guiadas con un personaje de la historia. Se trata de un recorrido por sus salas en compañía de un actor que personifica a algún personaje de la historia. Durante junio el recorrido está guiado por Ignacio Zaragoza, quien se encarga de contar la historia de la intervención francesa. Los fines de semana tienen conciertos gratuitos de música mexicana y el primer domingo de cada mes se presenta la banda de gaitas del Batallón de San Patricio.

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Museo Diego Rivera Anahuacalli
  • 3 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Zona Metropolitana

No, no has entrado en la dimensión desconocida, simplemente entraste a la dimensión del capricho de Diego Rivera (1886-1957), el famoso muralista mexicano, quien construyó esta maravillosa anomalía arquitectónica inspirada en lo prehispánico –pero así, en lo general: cualquier maya o azteca que mirara este edificio le parecería tan maya o azteca como Disneylandia–. Construida en su totalidad de piedra volcánica, tiene las ventanas cubiertas de alabastro y más recovecos y escalinatas en su interior que el templo a una diabólica deidad mesoamericana en una película de El Santo. Por todo lo anterior, es un magnífico paseo. Incluso por el hecho de que a pesar de estar rodeado de ciudad por todas partes, se encuentra prácticamente lejos de todo y llegar ahí ya es en sí mismo una odisea. Diseñado por el propio Rivera con alguna asesoría del gran arquitecto Frank Lloyd Wright, el edificio fue terminado de construir los años posteriores a la muerte del pintor e inaugurado en 1964. El Anahuacalli (que en náhuatl significa casa del Anáhuac, que a su vez significa: cerca del agua) contiene piezas precolombinas de la colección del propio pintor (compuesta por más de 50 mil piezas), así como obra y bocetos del artista. En su explanada se presentan espectáculos y performance y en la sala aledaña suele haber conciertos de cámara, así como exposiciones. La vista del sur de la ciudad desde su terraza es magnífica. FridabúsTienen un servicio de transporte entre este recinto y el Museo Frida

Templo Mayor
  • 3 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc

Majestuoso desde el nombre, el Templo Mayor resguarda lo más preciado de nuestra historia. Los vestigios de este centro ceremonial dan cuenta del linaje de todos los mexicanos y de la vasta cosmogonía que hasta hoy prevalece. Para que no quepa la duda, en cada pieza arqueológica hay información al respecto, tanto en español como en inglés. No es necesaria la ayuda de una guía, el recorrido es muy concreto y bien trazado. Es interesante la fusión que se hace entre las ruinas y los sonidos del exterior, donde los tambores y los cascabeles ambientan la explanada de Tláloc y Huitzilopochtli con gran armonía. La aventura continúa en las instalaciones techadas, aquí se encuentran esculturas y ofrendas originales de la época prehispánica, además de escenificaciones del modus vivendus de aquellos pobladores, a lo largo de 9 salas. Te recomendamos disfrutar del museo y respetar las normas, sobre todo con las cámaras fotográficas, pues los flashes están prohibidos debido a que deterioran los materiales exhibidos. Por último, échale un ojo a la leyenda del dios de la guerra y busca a Coyolxauhqui.

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Calmécac
  • 5 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Historia
  • Cuauhtémoc

Cuando las autoridades del Centro Cultural de España en México ampliaron el espacio, se toparon con una escuela para los hijos de los nobles mexicas. Había cosas fabulosas, como una mandíbula (con todo y dientes y encías decoradas) y unas almenas de dos metros que estaban casi intactas. Este museo de sitio es sólo una de las tantas monerías del España.

Museo Dolores Olmedo
  • 4 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Arte y diseño
  • La Noria

Más que un museo, el Dolores Olmedo es un verdadero oasis al sur de la ciudad. Con una caminata por los jardines de la ex hacienda de La Noria, entre esculturas de bronce, árboles, plantas y flores endémicas, sorprende el hecho de estar aún dentro de la ciudad, acompañados por los pavorreales y perros xoloitzcuintles que invaden el camino. La vida de Dolores Olmedo fue equivalente al valor de su colección. Entre retratos y fotografías con la crema y nata del país, mobiliario y antigüedades asiáticas. La primera sala muestra al público la intimidad de su hogar e introduce al visitante en la vida de este mítico mujerón. Como amiga y benefactora de Diego Rivera, el mayor tesoro de su colección son las obras del afamado pintor y las de sus mujeres más queridas: su primera esposa, Angelina Beloff, y Frida Kahlo, que constantemente recorren el mundo, por lo que es posible no encontrarlas en exhibición. La buena noticia es que aunque esto suceda, aún tendrás mucho que ver. Entre los óleos, acuarelas y dibujos, encontrarás más de 500 piezas de origen prehispánico y una singular selección de piezas de arte popular. Sin duda, visitar este museo es tener una probadita de los mejores museos de la ciudad. El recorrido debe de terminar con una parada en la cafetería y la chachareada en la tienda de museo. Es súper conveniente checar la cartelera de eventos, ya que todos los fines de semana se ofrecen conciertos y actividades al aire libre. La esencia del museo es perfecta para condimen

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