Cocina mexicana
Foto: Mattza Tobón

Restaurantes de comida mexicana

La comida de todos los estados de la república es la que compone la gastronomía de la CDMX

Escrito por
Time Out México editores
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Descubre las loncherías, las mejores tortas ahogadas y chiles en nogada en la Ciudad de México.

Comida mexicana en la CDMX

25Dos
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Polanco

Después del icónico restaurante español J by José Andrés, en el Hotel W necesitaban renovarse o morir. Por eso llega 25Dos a tratar de ocupar ese lugar con un concepto de comida mexicana contemporánea. El chef Efraín Flores rescata y reinventa las recetas de casas mexicanas en esta nueva apuesta. Se encuentra en el primer piso con decoraciones sobrias y grandes ventanales, un espacio que también sirve como galería de arte, pues encontrarás cuadros y artesanías mexicanas que están a la venta. En cocteles quería un camino al Mictlán ($180) y son shots de tres cócteles diferentes preparados con mezcal, tequila y tuxca, pero no lo tenían. Pedí en su lugar a lo alto del Teocalli ($180), mezcal, licor de chile ancho, jamaica, arándano, limón y chile cascabel; no estoy segura si la combinación de sabores funciona o si me tocó uno en el que predominaba el licor de chile ancho, porque el mesero fue el bartender y me lo preparó. De los tacos de pescado tikin xic ($150) sentí la proteína sobrecocida, pero tenía buen sabor. El de lechón horneado ($75), me fascinó por la cocción de la carne y el cremoso de aguacate que aportó gran textura. Como tip, si pides tacos no tardes en comerlos porque las tortillas se rompen fácilmente. También pedí los esquites negros de la esquina, vienen con huitlacoche, limón, granos de maíz y una especie de mayonesa de epazote; es una forma de elevar los tradicionales equites. Para el plato fuerte me recomendaron arroz negro ($290), lo sirven con huitlacoche,

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Cuauhtémoc
  • precio 3 de 4

Aquí he probado el mejor caldo de res de toda mi vida. Que algo tan doméstico como un consomé de res servido en un restaurante logre múltiples dimensiones en el paladar, y te revele lo que siempre pensaste que debía de ser ese potaje pero nunca lo había alcanzado, habla en verdad mal de tus abuelitas, con perdón. Lo bueno es que tus abuelitas seguramente comieron aquí, cuando eran unas niñas y acompañaban a sus abuelos. También es muy posible que ya desde entonces trabajaran aquí los mismos meseros que ahora te atienden. Este establecimiento ofrece comida mexicana desde 1860. Para darnos una idea, en ese año era presidente Benito Juárez. Se trata del restaurante más antiguo de la ciudad, la muy tradicional y añeja Hostería de Santo Domingo, con su piano que tocó Agustín Lara (y que sigue tocando las de Agustín Lara), con sus murales de la vida antigua de la urbe, su talavera, su papel picado colgando del techo, su vitral, sus autógrafos de celebridades de hace décadas, y sus chiles en nogada monumentales en tamaño y sabor, de los que recomendamos pedir únicamente media porción, porque la porción completa es inacabable. Chiles que, a diferencia de muchos otros lugares que sólo los sirven en septiembre, se pueden pedir en cualquier época del año, y han trascendido su fama hasta autodenominar a este viejo edificio colonial, exconvento de Santo Domingo, la catedral del chile en nogada. La espera afuera por una mesa por más de una hora es también parte de la tradición, así como el

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Almara
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Zona Rosa
  • precio 3 de 4

El salón con su decoración en colores mediterráneos (entre ocre y rojo quemado), aunado a lo espacioso y luminoso del lugar y la solemnidad del despliegue en la mesa te hacen intuirlo: este es un espacio para adultos. En serio, es una gran experiencia culinaria. Guy Santoro, chef ejecutivo de Almara, tiene todas las tablas –desempeñó el mismo puesto en el Hotel Presidente InterContinental Polanco y en el St. Regis México– y cada uno de los platos de este nuevo proyecto lo demuestra. Almara juega con la palabra almazara –la maquinaria con la que se extrae el aceite de oliva– y con ese pequeño guiño anuncia la línea de sabores: este lugar, por sus palabras, es comida “mexi-terránea”. Como toda experiencia gastronómica, el recuerdo empieza con el espacio y el servicio. En este sitio, muy de empresarios y ejecutivos, la atención es solemne, seria y con genuina disposición. Con este buen sabor de boca y un vino blanco mexicano en la mano, empezó el recorrido por los sabores de esta cocina de ingredientes nacionales y preparaciones italianas y francesas, según lo que probé en esta ocasión. En Almara cada plato tiene un mensaje que transmitir y lo hace con claridad. Los sabores son contundentes e interesantes y, cuando tienen que serlo, discretos. La tártara de atún, por poner un ejemplo crudo, es un plato que hemos visto en miles de restaurantes, sin embargo, la frescura y la delicadeza con la que surge cada integrante es cosa seria. Poco a poco sabe la quinoa y el jengibre, luego

Nativo Taller Gastronómico Polanco
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Polanco
  • precio 4 de 4

Experimentación, transformación y aplicación, métodos de Nativo Taller Gastronómico para reinventar la cocina mexicana, dando como resultado una composición de gastronomía tradicional con alternativa. Este restaurante originario de Guadalajara llegó al corazón de Polanco para satisfacer a los paladares intrépidos. Tonatiuh Anzures está detrás de la coctelería, elemento integrado a la experiencia sensorial culinaria; tienen tragos de corte clásico, exóticos y famosos de la casa. Con un sorbo de la reina roja se denota inmediatamente el toque ahumado del mezcal y la ligera acidez de la jamaica, mientras que el solero remite a tardes veraniegas con helado de vainilla, vodka, maracuyá, piña y pimienta rosa. El taco nativo al centro es una breve y satisfactoria introducción a la destreza con la que los chefs Alejandro Rojas y Ricardo Torres manejan la carne, lleva picaña y chistorra sobre tortilla azul y costra de queso con mousse de aguacate. Un tipo de bocadillo prometedor es el bao de brisket, un esponjoso pan servido con pecho de ternera braseado y puré de frijol. Entre las distintivas costillas están la de short rib o cerdo prensado, este último lleva salsa de tepache y un ingenioso puré de manzana con limón. Postres obligatorios: s’more con malvavisco de frambuesa, chocolate valrhona y galleta de almendra, y borrachito de elote inyectado con ron sobre crema de cajeta y mezcal. En este taller gastronómico se entremezclan los aromas, texturas e ideas de aquellos que le tienen

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Cuauhtémoc

El nombre de Gustavo Macuitl explotó durante el año pasado. Apenas a principios de enero, el chef de San Jerónimo Tecuanipan estaba recibiendo el premio a chef revelación de Culinaria Mexicana y su restaurante en Puebla, Macuitl Molino, llegaba a las listas de los mejores del país. ¿Cuál es su secreto? nada más que el cariño a la tierra.  Cocina de Fieras es un nuevo restaurante en la Roma en el que se unieron los increíbles productos del chef, directo de las faldas del Popocatépetl, con la dedicación del chef Iván Ortíz por el pan, o como él le llama, pan en serio, no en serie. El Rústico era desde hace un tiempo una de los poquísimas panaderías que se preocupan por tener prácticas sustentables desde la siembra del trigo. Aquí puedes ver el molino de donde sale la harina orgánica que usan para las piezas de pan que no solo saben bien, también nutren.  En esta nueva etapa, de viernes a domingo el lugar se transforma en Cocina de Fieras, donde ambos proponen una decena de platos preparados y pensados para disfrutarse, también, sin prisa. Siéntate en la mesa comunal con la hermosa vajilla de barro. Toma un atole de maíz criollo y relaja los hombros, que este spot no es para apresurados. Si vas en estos primeros meses, ojalá alcances el fideo de chilacayote con costra de quesillo, servido con hogaza de arándano y nuez. Un plato apapachador y ligero a la vez por la ausencia de pasta. Si quieres algo con más proteína, prueba los tacos placeros con cecina y longaniza, frijoles, arr

Tierra Adentro
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Portales

Comida que sabe a artesanía, aquella que proviene de recetarios milenarios que dan identidad a la gastronomía tan rica y versátil de México. Tierra Adentro dio raíces a una cocina que enaltece estos factores con un menú de desayunos y comidas dentro de la tranquila calle de Nevado, en la Portales. Este proyecto se gestó en cocina y mente de los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra; ambos iniciaron con Ruta Alma, un proyecto sobre las travesías gastronómicas por México del que Tierra Adentro fue descendiente. En el interior predominan el adobe y la madera con la que elaboraron sus propias mesas; el folclor se asoma con decoraciones como una máscara de la danza de los negritos, traída de Michoacán, mientras que la loza es de Españita, Tlaxcala. A la hora de la comida están presentes diferentes estados de la República, tiempo en el que por $150 hay entrada, plato fuerte y postre. El inicio se repartió en esquites tiernos cuyo twist fue la mayonesa de cascabel, enmantequillados con ganas pero sin sentirse arrebatados. La tostada de coachala es un guiso espeso de masa y carne de pollo que se funde con sintonía en el paladar gracias al chile chilacate, opción originaria de Jalisco. Desde Poza Rica, Veracruz, el chileajo con costilla de res llegó bañado en salsa de chile guajillo, cuyo sutil picor roza cada lado de la suave proteína. Otro fuerte para taquear es el chamorro en adobo de siete chiles, se perciben tonos avinagrados por la manzana en escabeche finamente cortada que resulta

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Maizajo
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Roma
  • precio 1 de 4

El taco primordial, tema del que se desprenden todas las variaciones habidas y por haber, es el taco de sal: tortilla calientita del comal, bien enrollada con sal al gusto, y a la boca. El mejor que he comido en un buen tiempo es de Maizajo, la tortillería que abrieron hace unos meses Daniel González y Santiago Muñoz, los chefs de Fonda Mayora, inspirados por sus maestros Alicia Gironella y Gerardo Vázquez Lugo. Su idea es investigar las múltiples variedades de maíz criollo mexicano cultivado sin agroquímicos, afinar procesos de nixtamalización para cada una, difundir los resultados y crear un modelo de negocio exitoso que se pueda replicar en futuras sucursales. La docena de tortillas que me llevé —recién hechas a mano con masa 100% de nixtamal, sin harina— estaban elaboradas con maíz blanco queretano de las milpas de María Elena Lugo, madre del chef de Nicos, pero otro día te pueden tocar de maíz rojo o azul de Milpa Alta y de otras localidades. También venden masa por kilo y unas salsas buenísimas de habanero, chipotles dulces y jalapeño con verduras en escabeche, elaboradas de manera artesanal por la mamá de Santiago. Además, pronto habrá talleres de nixtamalización y visitas a las milpas, para que todos conozcamos más sobre nuestros maíces.

Chilakillers Santa María la Ribera
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4

La Guadalupana, veladoras para el marido cumplidor y manteles floreados, no puede haber algo más kitsch que eso. Te tomará lo largo de tu hora de comida para terminar de absorber todos los elementos visuales de la nueva sucursal de Chilakillers en Santa María la Ribera; ahora recargada con murales de artistas locales en paredes y techo, y con un comedor tres veces más amplio. Se acabaron las filas interminables de los fines de semana en los que harías cualquier cosa por uno de esos chilaquiles. Lánzate a la Santa María, a unas cuadras del Metrobús Buenavista, aquí seguro encuentras lugar de volada. El menú sigue en plan sencillo y poderoso en el que eliges el ingrediente principal y salsa para los chilaquiles. Me convencieron los de chorizo y los pedí en orden completa, así que pude combinar dos salsas: verde y aguacate. Imponentes ellos, si no supiera que los totopos son voluminosos, hubiera apostado a que se trataba de un plato de más de un kilo. Con nopalitos y cebolla, frijolitos refritos y bastante queso y crema, la neta es que estos chilaquiles sí desquitan los $110. Por lo mismo del gentío, ya tenía un par de años que no los comía, y por si no los conoces, también puedes elegir entre arrachera, huevo, pollo, bistec o cecina, o vegetarianos con nopales, espinacas, champiñones y flor de calabaza en salsas de mole, roja, frijol y superpicosa. Arma tu paquete de desayuno con café, pan dulce, jugo y fruta, o tus chilaquiles al gusto en torta. En cuanto a los otros elementos

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Comal de Piedra
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Roma
  • precio 3 de 4

Cocina justa e ingredientes de la madre naturaleza, una suma de elementos que componen el trabajo del chef Othón Gayosso en Comal de Piedra. Bajo la valoración de la comida mexicana contemporánea, este chef originario de la sierra norte de Puebla retoma los sabores del Valle de México y los eleva a la décima potencia tanto en degustación como presentación. Vivimos tan abrumados en el mundo de las bebidas maquilladas en azúcar, que encontrar el balance ideal del trago artesanal parece un buen reto. Por suerte Comal de Piedra lo logró y formó cocteles que nos transportan a la era prehispánica: están el nool (abuelo en maya) con ron y notas dulces gracias al jugo de durazno; o el que lleva el nombre del lugar, un elixir oscuro hecho con carbón activado, mezcal, jugo de piña (misma que se tatema), jarabe de canela y sal negra. Basta echarle una ojeada el menú para notar que lo mexicano está más que presente: echalote, huitlacoche, maíz criollo, frijol, queso cotija y camote asomados ante una historia culinaria de raíces. El clímax llega con un sorprendente taco de lengua cocida al alto vacío y salsa martajada sobre tortilla hecha a mano; puede seguirle una suave sopa de frijol con milpa que acentúa el elotito asado. Entre los platillos fuertes hay un short rib braseado en cerveza (a veces es pale ale, en otras jagger) con huevo pochado al centro y muy bien acomodado en una cama de lentejas: el equilibrio más atinado de los sabores arrebatadores. Para irse tranquilo en la zona de

Público Comedor
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Polanco

¿Qué pero le pones al restaurante Amaranta de Pablo Salas? Yo, nada más uno: la distancia que nos separa de aquí a Toluca. Bueno, y los precios, aunque la comida los vale pero no son para ir todos los días. Por eso me alegra tanto su nuevo proyecto, Público Comedor, en la planta baja del edificio de oficinas y de Molière 50. Diseñado por Cecilia León de la Barra, es un espacio fresco y acogedor, con mesas de madera y acentos en verde botella, que da una sensación de amplitud gracias al techo de doble altura con plantas colgantes. Es bueno que el lugar sea agradable, pero más bueno es que la comida sea sabrosa, de reconfortantes aires caseros, que tenga ecos de Amaranta —el ceviche de hongos, que aquí se transforma en tostada—, acentos mexiquenses como el chorizo, los coditos con trucha salmonada y el huarache de maíz azul martajado, y que se sirva sin oropeles, lo cual permite mantener precios accesibles: un plato fuerte está entre 65 y 110 pesos, con 35 más te dan una sopa chica del día o ensalada pequeña y quedas muy bien comido. Además hay desayunos, platos vegetarianos como el mixiote de verduras, servicio para llevar en porciones individuales y familiares, y tortas todo el día. Me cuentan que ya se fundó un culto para adorar la de pierna adobada con chipotle dulce y mayonesa de cilantro; seguramente cuando la pruebe me sumaré a sus filas. Lo que sí probé: las costillas de cerdo, que absorben la temperada acidez de la salsa verde y las verdolagas con cada fibra y cada hue

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