Nueva York, al igual que la CDMX, es una ciudad de contrastes y en este lugar te sentirás en aquella calle neoyorkina que da nombre al restaurante, bar y cafetería oculto en Mítikah, un lugar para conversar a gusto sobre música, arte o negocios, donde lo más importante es su sencillo menú. El bistró LudLow —que no brasserie francés— recibe a sus comensales con discreción. Una barra de café, bar al centro y mesas revestidas con mármol de estilo contemporáneo distribuidas con precisión, ocupan el espacio. El menú es simple, eso te permite pedir algo para compartir y probar casi todo. Nosotros empezamos por unos jalapeños poppers rellenos de queso, muy bien fritos, con textura suave en el empanizado y crujiente al masticar. Después pedimos la famosa entrada del lugar, las coles de bruselas salteadas con tocino y vinagreta de salsa de pescado. Una combinación funcional con un ligero picor. Seguimos con la ensalada de hinojo con manzana granny smith bañada en aderezo de yogur, bastante crujiente, que contrarresta el toque ácido del fruto con su aderezo. Elección fresca para limpiar el paladar. Pero, como somos glotones, también nos pedimos el mac & cheese con tocino que incluye un toque picante de chiles jalapeños, la porción es suficiente para dos. Antes de hincarle el diente al platillo principal nos fuimos a la barra. Es perfecta para ir por un trago saliendo del trabajo o conversar con el bartender en turno. Adán, quien es maestro mixólogo desde hace una década, nos explicó
Estas tres colonias de la Ciudad de México tienen grandes secretos culinarios y de entretenimiento: puedes encontrar las mejores panaderías en la Narvarte, beber una chela fría en los mejores bares de la Nápoles o pasearte por la Del Valle, pero cuando de hambre se trata, debes acudir a los mejores restaurantes y cafés de estas zonas.