Pocas son las opciones vegetarianas en la Anzures y el Pan Comido es una de las mejores. Las opciones son sándwiches, hamburguesas, ensaladas, falafels, hot dogs y curry que complacen a cualquiera que siga teniendo sus reservas sobre los platillos sin carne.
Basta con probar la da vinci, estrella de la casa, para comprobarlo. Una hamburguesa de portobello a la plancha con queso provolone gratinado y queso de cabra. Hace pensar que las puertas que hay en el techo no son puramente decoración, sino que su fin es dejar que, tras la primera mordida, tus sesos puedan cruzar las paredes azul celeste y volar libremente al cielo. Otro platillo imperdible es el vishnú: curry rojo con calabaza, zanahoria, chícharos, champiñones y tofu, servido con arroz jazmín y un toque de aderezo de yogurt con pepino.
En fechas recientes, ampliaron su menú para incluir sopas. Prueba la clam chowder sin clam, o la Pepe le Pew, de cebolla caramelizada, vino tinto y laurel con crouton de queso gruyere gratinado. Tampoco te pierdas de Juana la Cubana, una señora torta de "milanesa" empanizada y salchicha, chorizo, queso, frijoles, aguacate, cebolla y jitomate.
Los muebles son vintage sorteados al azar, hay mesas hechas con puertas de madera y los ya clásicos frascos de mermelada reusados como vasos. El chiste es ser ecológico y consumir responsablemente. Todos los ingredientes son orgánicos, locales, de comercio justo y artesanales. Como es hitazo, hay que ir temprano entre semana a la hora de comer o estar dispuesto a esperar un rato a que se libere una mesa.