Guapos y guapas, extranjeros, modelos y personas de la farándula. Todos esperan a que Chepe, el mismo que dominó la escena antrera en los noventa y que Guadalupe Loaeza inmortalizó en Las niñas bien 25 años después, les dé el visto bueno para sortear la cadena lo más dignamente posible. Con suerte y mucha paciencia podrán entrar.
La ventaja es que la cadena no está en la calle. Tienen un lobby que incluye un silloncito a modo de sala de espera para que desde ahí logres “negociar” tu entrada a la amplia casona colonial, que por más de 20 años albergó al Hard Rock Café.
Aunque el lugar está dividido en tres ambientes –con la misma música– y cuenta con tres barras, no tiene nada espectacular en comparación con otros antros fresas que la ciudad ha visto desfilar en el tiempo, como las fuentes del Mía en Escenaria o los detalles bien cuidados de sus vecinos Love y Ragga. Todo lo contrario. La decoración de Gravity es minimalista, por no decir pobre, con paredes ataviadas de formas geométricas de pintura vinílica negra. La mayor inversión son unos tubitos colgando del techo y algunas luces repartidas por el lugar. De día debe parecer una fría y obscura bodega.
Como buen hot spot de la ciudad, sus asistentes van a ser vistos y, antes de las dos de la mañana, el lugar ya está atascado. Nada de qué preocuparse: los meseros pueden improvisar una mesa sobre una de las bocinas para llevarte tu botella (¡real!). Pero no todo es terrible: tienen un espacio amplio para fumar y con calentadores, que los adictos al tabaco agradecen y, además, es un buen sitio para ligar.
La música no arriesga, pero tampoco falla. El dj pasa de la electrónica a éxitos noventeros coreados por los asistente de veintitantos, pasando por un set muy parecido a la “Lista de éxitos” de Spotify. Lo mismo pasa con su carta. Sin tener un trago de la casa, las bebidas flameantes como el lamborghini (un mix de Baileys, Curaçao Azul, Kahlúa y Sambuca) cumplen las expectativas de aquellos que no tienen que preocuparse por el alcoholímetro para seguir fiesteando hasta el final de la noche.