Lo místico del oriente y la soltura de la cultura pop se conjugan en este antro del norte de la capital. Como hermano de los Hookah Lounge, Dharma by Hookah comparte estilo en ambientación y bebidas, pero aquí no suenan los beats electrónicos, la base de la propuesta musical es pop.
No es el típico antro de Satélite con una cadena pesada: el ingreso es fácil y directo, pero vale la pena arreglarse, aunque sea casual, para disfrutar de una clásica noche de antro fresa.
Como si te introdujeras a una aventura de oriente, su decoración te transporta a algún templo budista, pero con luces neón, música bailable y satelucos que beben tragos coloridos. Quienes no están en las mesas con sillones estilo booth, se encuentran en la pista de baile con efectos de luces bajo sus pies que cambian de color y una disco ball que no para de girar enviando sus destellos a cada esquina del sitio.
La barra tiene de todos los sabores en cuanto a la propuesta de bebidas y los bartenders saben exactamente qué recomendarte. Las estrellas son las bebidas de la casa: el dharma y el karma, un par de shots que pedirás varias veces durante la noche. El primero, dharma, está hecho a base de ginebra, oporto y frutos rojos, luego te sabe el jengibre y la guanábana, refrescante, es muy fácil de pasar rápido o de beber poco a poco. El segundo, el karma, es más intenso porque lo hacen con licor de frutos rojos y lo retocan con vodka, mezcal y pulpa de mango; viene escarchado con chile en polvo que le da acidez y el toque picante, un shot brillante para las papilas gustativas.
Además de los tragos, no puede faltar el gusto de pedir una hookah, la tradicional pipa árabe de agua también conocida como shisha o narguile, tienen de varios sabores. Si quieres fumar un cigarro normal, también cuentan con un área privada para hacerlo.
Dharma by Hookah tiene toda la actitud para los fiesteros de Satélite que quieren dejar a un lado la seriedad de un lounge, en un ambiente joven y fresco.