Pocos creerían que las ilustraciones recargadas de líneas y color del dibujante Reez salieron del monocromático desierto.
Después de tener una epifanía gracias a un alucinógeno en una excursión a las dunas de su natal Ciudad Juárez, Reez, dejó el blanco y negro para apropiarse de colores chillantes.
Ahora no hay ilustración de Reez que no rebose de verdes, amarillos y rojos encendidos.
“Me comí un ácido en el desierto, en las dunas, y recuerdo que me abrió la mente. Llegué a mi casa y me puse a dibujar y ya, era todo color. Antes dibujaba puro blanco y negro, pero después fue color, color, color, color. Me gusta el detalle, me gusta atascar de cosas, el pedo de la repetición se me hace bien fuerte”, cuenta Reez.
Con 27 años, este ilustrador autodidacta estrena su primera exposición Arre!, en la que presenta más de 50 ilustraciones, un compendio de lo que ha dibujado los últimos tres años: “morritas guapas, la muerte, el norte, Juárez”, describe.
Parte de su vida y lo que ha pasado por sus ojos es lo que se ven en sus dibujos: ilustraciones de sus bandas –Sistemas Vocales y Hello Seahorse!–, encobijados y balaceados que le tocó ver en Ciudad Juárez, mujeres guapas, sátiras de personajes políticos y las manifestaciones sociales que tanto lo han impresionado, a pesar de venir de una ciudad donde ya nada impresiona.
“Desde que me vine a vivir aquí he notado mucho más la onda política. En el norte no te enteras de las marchas y aquí lo vives, para mí fue impresionante, aquí la gente sí se apasiona con eso”.
El ocio, la madre de todas las ilustraciones
“Empecé a explorar en Juárez. Ocio total. No hay nada que hacer, me la pasaba horas en mi cuarto, semanas sin salir, ahí nomás dibujando, pasando el rato”, cuenta Reez mientras se fuma un cigarro en su departamento en la colonia Portales.
Desde niño le interesó la ilustración, desde que vio a las Tortugas Ninja y quiso dibujarlas.
Intentó estudiar diseño gráfico, pero reprobó casi todas las materias en el poco tiempo que estuvo en la universidad. Decidió seguir su instinto y dibujar como su imaginación le daba a entender.
Trabajó un tiempo en Ciudad Juárez limpiando ductos, hasta que harto por la falta de oportunidades a artistas jóvenes, se vino al Distrito Federal a probar suerte. Acá trató de trabajar en una oficina, pero no pudo.
“Me acuerdo que estaba dibujando un storyboard de unas galletas y pensaba ‘no mames, qué estoy haciendo aquí, soy un idiota, esto está súper mal’ y terminé en pleito con el jefe de la oficina, me gritó, agarré mis cosas y ya no regresé”.
Ahora se dedica de lleno a sus ilustraciones, que vende por internet a través de su página de facebook o de su sitio web, y a la música, como baterista de Sistemas Vocales y percusionista de Hello Seahorse!
¿Y por qué arre? “Arre es algo bien juarense: ‘arre, vamos’ o ‘arre, está chido’. Es bien común: ‘vamos por unas cervezas, ¡arre!’ Es como el chido defeño”.