En 1975, Lamia Ziadé tenía siete años de edad y disfrutaba los dulces importados y de los lujosos centros comerciales de Líbano, país que entonces era el centro financiero de la zona.
"Mientras que, para nuestro deleite, en estantes y carritos rebosan los mismos productos de ensueño que hay en Nueva York o Londres, los depósitos de la milicia se colman de armas y municiones de todo tipo, de toda procedencia y de todos los calibres. El Líbano es un auténtico polvorín que tan sólo espera la chispa", nos cuenta Ziadé en Bye bye Babilonia. Beirut 1975-1979, un libro que se ubica entre la novela gráfica pop, la histórica y la autobiografía.
Con dibujos "infantiles" y fuertes textos breves, cuenta los primeros 5 de los 15 años que duró de la guerra civil libanesa y nos hace testigos de cómo la población civil trataba de mantener su ritmo de vida, a la espera de volver a la ciudad ideal que era Beirut, hasta que huyen convencidos de que esa realidad resquebrajada jamás volverá a existir.
Más cerca de un colorido álbum familiar, Ziadé ilustra y describe la primera escalera eléctrica de Líbano, los chicles Bazooka, a los personajes, líderes políticos y grupos armados, así como al armamento, concebido originalmente como armas antitanques, que se empleó contra personas.
La estética de las imágenes se conjuga con un mensaje violento y contundente, dando como resultado un ejemplo de sobrevivencia en medio del caos.
Bye bye Babilonia. Beirut 1975-1979
Lamia Ziadé
Sexto Piso, 2012