Carmela Gross: La Carga

  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Publicidad

Time Out dice

3 de 5 estrellas

Entras al Museo del Eco y, al final del pasillo, en la gran sala, hay una especie de bulto gigantesco, una estructura de forma irregular cubierta por una lona color piel, utilizada en un camión de carga para proteger a la mercancía del clima o de cualquier otro percance. Se ve vieja, un poco sucia, remendada de algunas partes, y da una sensación fantasmal y fría, pero a la vez de un gran equipaje, algo que está a punto de ser transportado, aludiendo al nombre de la muestra y de la pieza, La Carga, en donde la intención es, como lo dice la hoja de sala, “la mirada que intenta desvelar eso que se oculta, que parece silenciarse, pero que en realidad grita; el ocultamiento como algo que visibiliza contornos de subjetividades individuales y compartidas”. Nunca sabremos que contiene “la carga”, pero funciona como un registro de las veces que Carmela Gross (1946) ha viajado de un lado a otro, de Brasil a México, el puente documental del recorrido y por ese hecho ya tiene nuevas significaciones. La artista de Sao Paulo hizo A Carga -nombre original de la pieza- por primera vez en 1968, en medio de una serie de protestas en contra de la dictadura que cuatro años antes se había establecido en Brasil. Por lo mismo, así como aludir a la transportación, la obra se refería tácitamente a las personas desaparecidas y ocultadas por la dictadura, y sigue siendo relevante porque, aunque el contexto cambie, siempre habrá información, muertos, tratos turbios o cifras ocultos que benefician a unos pocos y afectan a muchos otros más.

Detalles

Dirección
Horas de apertura
Mar-dom 11am-6pm
Publicidad
También te puede gustar
También te puede gustar