Con la habilidad de un cazador, Ilián Lieberman captura y traza su obra urbana Disculpen la molestia tomando a la cotidianeidad callejera como punto de partida. En esta ocasión, el maestro de la Escuela Nacional de Pintura y Grabado La Esmeralda trabaja en dos fases para mostrar algunas caras de nuestra realidad.
El primer trabajo refleja la crudeza que viven los niños indígenas en el metro para pedir limosna; las características visuales y lingüísticas de los volantes ocupan al artista esta vez.
En la segunda fase, el también miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte Fonca, hace uso de instalaciones públicas como estaciones de autobuses y muros del metro, donde ubica mensajes plasmados con un esténcil, sumándose a la publicidad informal que invade la urbe. La cómplice de este proyecto es la doctora en filosofía de la ciencia, Libia Barajas, quien tiene un amplio conocimiento del lenguaje.
Lieberman también echa mano de imágenes y textos en circulación con el propósito de alterar la percepción mediatizada que se tiene de ellas.