Con más de 100 bailarines en escena, vuelve desde Rusia el Ballet del Teatro Mariinsky, una de las mejores compañías de danza clásica en el mundo. Conocido anteriormente como el Ballet Kirov, llega a la ciudad después de 10 años de su última visita para impactar con un alto nivel de producción e intérpretes poseedores de una técnica excepcional.
Bailarines rigurosamente entrenados es lo que ofrece como garantía este grupo proveniente de San Petersburgo, el cual presentará dos programas diferentes durante la temporada: El Corsario y Los grandes ballets rusos (Petrushka, Las sílfides, Sherezada).
Los bailarines solistas vivirán una prueba de fuego en el montaje de El Corsario, uno de los ballets que requieren de gran virtuosismo físico por los retos técnicos que implica: saltos, giros, velocidad y fuerza. Además, los cambios de luces, escenografía y vestuario son necesarios para contar esta historia de naufragios, piratas, aventura y romance.
Para Los grandes ballets rusos, los intérpretes se enfrentarán a otros desafíos. Además de la fuerza técnica, es necesario el dramatismo para desbordar las pasiones que distinguen a los argumentos de los tres ballets cortos que componen el programa. En Petrushka, las tradiciones rusas; en Las sílfides, la pureza del ballet romántico; y en Sherezada, la sensualidad exótica de Oriente.
El Ballet del Teatro Mariinsky cuenta con 273 años de historia. En su gira por México, la producción viajó en cinco contenedores marítimos de 40 toneladas cada uno. Si no está en sus planes visitar Rusia, aproveche el paso de un pedacito de esta país por la ciudad.