Esperanto, de Rodrigo Fresán

Las vicisitudes de un rockstar decadente

Esperanto, la más reciente novela de Rodrigo Fresán, es como rock a ritmo de realismo mágico

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"Nadie me entiende", frase favorita de Federico Esperanto, bien puede ser pronunciada por Rodrigo Fresán. Sobre todo después de la publicación de Historia Argentina, que marcó un hito en la novela sudamericana, alejándose de los convencionalismos y retomando el realismo mágico, pero sin abusar de él, para no caer en esa salida fácil de utilizar la imaginación como forma de resolver la trama.

Rodrigo Fresán, amigo y colaborador del cantante Andrés Calamaro, es el único capaz de crear a un personaje como Federico Esperanto. Un rockstar decadente, que ha visto pasar sus mejores años. Solo consiguió dos éxitos, Las intermitencias del corazón, canción que lo llevo a estar nominado al Oscar por Mejor Banda Sonora y Playa blanca, único single de Cuentos Cortos, primera banda de Esperanto que tiene la particularidad de que todos sus integrantes han tenido un final desastroso.

Esperanto no se salva sólo que, a diferencia de sus compañeros, se muere de a poco, cada día. Esta maldición puede situarse geográficamente en la playa de Canciones Tristes, pequeño poblado de la Patagonia argentina, donde cada verano Esperanto iba a vacacionar a la casa del tío Ezequiel, personaje que siempre busca el lado místico de las cosas y que al final será el más normal de la familia. Una madre egocéntrica y un medio hermano estrella de pop lo confirman.

Esperanto es una mezcla de sueños rotos y fragmentos musicales, es una clara alusión al mundo del rock, pero mezclada con fantasía pura. Por un lado está la crítica a la música barata que tanto escuchamos en la radio. Por el otro, nos adentramos a las entrañas de un personaje con serios problemas, a quien la vida regalo 20 segundos de fama, para cobrárselos con 20 años de dolor.

Rodrigo Fresán puede ser uno de los herederos del realismo mágico (sea lo que sea el realismo mágico), pero su escritura es sumamente propia. No teme mezclar lugares y personajes. Es más, muchas de sus novelas ocurren en Canciones Tristes (muy a la usanza de Onetti y su pueblo Santa María) y Esperanto aparecerá de forma ocasional en otras novelas y cuentos de Fresán. Lo que le da un sello propio es su pasión por el rock, su forma de mezclar el lunfardo argentino con un español claro y su innegable conocimiento de la literatura contemporánea, y hablando de contemporáneos, Fresán puede ser uno de los mejores.

Reseña cortesía de El Péndulo Condesa.

Esperanto
Rodrigo Fresán Mondadori
Barcelona, 2011

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