Uno de los museos más escondidos de la ciudad está en medio del ambulantaje tepiteño. Necesitas llamar antes porque sólo así podrás conocer la fábrica donde se realizaban las monedas del país en el siglo XIX.
Aunque puedes rodear el lugar por tu cuenta, lo mejor es pedir un recorrido, pues en él te explican el funcionamiento de las máquinas de vapor que usaban los mineros para separar el oro de la plata de las monedas y el proceso directo de creación.
Para que te des una idea de la fabricación, en la sala principal hay un panel que explica desde el dibujo aprobado para las monedas hasta los moldes de plastilina que son puestos en pantógrafos, máquinas usadas para reducir los moldes al tamaño real de la moneda.
Después pasas a una sala de fundición que aún conserva el hollín que dejaron los fabricantes. Uno de ellos, Esteban Jiménez, anda por allí. Él te explica el mantenimiento de las máquinas desde hace 70 años y te muestra el funcionamiento de “La bailarina”, la máquina más antigua de la fábrica.