1. El sentido de la vista (José de Ribera (El Españoleto))
    José de Ribera (El Españoleto)
    Esta pintura es representativa del arte barroco español. Para poder entenderla, debes verla como si fuera una escena de teatro. El uso de luces y sombras vienen de diferentes puntos que reflejan la intensidad en las facciones del hombre. José de Ribera, mejor conocido como “el Españoleto” por su pequeña estatura, hizo una copia de la realidad con mayor perspectiva, profundidad y dramatismo, características principales del barroco.

    Fue uno de los pintores más importantes del siglo XVII, creó un cuadro por cada sentido humano. Los puntos clave por los que sabemos que es El sentido de la vista es por los objetos debajo del hombre que hacen referencia a tal sentido, como los catalejos y lentes.

    A pesar de que la luz principal entra por la ventana, termina en el lado opuesto de la cara. Ribera juega con las luces para que sea más teatral, sin importar cuan real sea.
  2. Lebrillo

    El tamaño de esta pieza sí importa, pues es difícil encontrar lebrillos (vasilla de barro vidriado) de esta dimensión en otros museos de la ciudad. Como la cerámica era el delirio de Franz Mayer, cuando Gonzalo Obregón redactó una carta donde vendía esta pieza, Mayer no dudó en adquirirla.

    Antes de ser comprado por Franz Mayer, este lebrillo estaba en un convento en Puebla; sin embargo, no se visualiza una escena religiosa sino civil. En el centro se ve un águila bicéfala con un hada que hace relación al Imperio. Alrededor se nota la cacería de un venado. En cuestiones cotidianas le llamaríamos talavera, pero en realidad es cerámica esmaltada de color azul.

    Toda la decoración muestra la influencia barroca, tanto en los trajes de los personajes, el caballo y la cantidad de decorados carentes de espacio. Remite al miedo al vacío, donde se pone tantas cosas que de un vistazo no percibes nada, hasta que enfocas y a detalle observas las flores y el personaje a caballo.

  3. Urna Eucarística (Juan Pose)
    Juan Pose

    Esta es una urna sacramental que se usaba para guardar las hostias consagradas en Semana Santa. Fue creada por el platero Juan de Pose. Tiene técnicas importantes que se usan en la platería: la forja está cincelada y repujada.

    Al acercarse, se notan pequeños puntos en las flores, hechos con punzones, que se llaman picados de lustre. Lo más importante que se nota es el arcángel Miguel matando al demonio en una pose totalmente complicada.

    Hay que tomar en cuenta que esta pieza no se hizo de golpe; hubo que hacerla cara por cara y luego unirla. Es una obra barroca por el uso de las formas. Como tarea tienes que encontrar la firma del autor, es lo último que se percibe.

Tres joyitas del Mayer

Te dejamos tres piezas de artes decorativo que debes ver cuando pases al Franz Mayer

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