entrevista con Francisco Goldman.
Foto: Jordana Btp

'El Circuito Interior', de Francisco Goldman

El autor rinde un homenaje al DF, ciudad que lo ayudó a superar la muerte de su esposa

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Tras cinco años de la muerte de su mujer, Aura Estrada, y de haber dedicado un libro a ese suceso (Di su nombre, 2012), Francisco Goldman se embarca en la aventura de aprender a manejar en el DF a través de un juego con la Guía Roji. 

A partir de este experimento -tipo I Ching-, el escritor estadounidense escribe El Circuito Interior, una crónica que se lee como novela y que nos deja conocer la visión de un extranjero sobre la ciudad, y la influencia que ésta tiene en su recuperación.

En la segunda parte, Goldman -en un papel más periodístico-, hace un recuento de los últimos sucesos que han marcado a la ciudad. Desde el #YoSoy132 hasta el caso del bar Heaven, en la Zona Rosa.

Dos lutos. El duelo del autor y el de una sociedad que cada día amanece con más cortocircuitos provocados por las muertes y las desapariciones.

¿Por qué dedicarle un libro a la Ciudad de México?
Cuando tuve que volver a escribir me di cuenta de la importancia que tiene en mi vida. Por ejemplo, cómo cambió la relación con ella después de la muerte de Aura y que aquí pude sobrevivir y salir de ese abismo. Reflejando eso, el libro tomó forma.

¿Qué sucedió después de Di su nombre?
No había dicho todo lo que quería sobre el duelo. Me daba miedo no salir de esa tristeza. En verano de 2012 decidí hacer un esfuerzo, pero aún estaba en patrones muy destructivos.

¿No hubiera sido más sencillo irte y empezar de cero?
Quizás porque soy escritor, el desafío siempre es entender. No huir. Era como una manera de no soltar a Aura.

Tocaste fondo para recuperarte y,  paradójicamente, la golpiza que te dieron unos juniors ayudó.

Fue patético cuando casi me matan los hijos de unos políticos en un party bus, pero para mí es glorioso. La carcajada al recordarlo me sacó del duelo.

¿Cuándo te llegó la resignación?

Siempre he sido espiritual, quizás por mis años cubriendo la guerra en Guatemala. Durante una misa por el aniversario luctuoso de Aura tuve una epifanía y dije "tú ganas, muerte, nunca me voy a escapar, siempre vas a estar a mi lado".

¿Tuviste otra epifanía durante tu juego con la Guia Roji?

Ese juego cumplió con su objetivo. Hay un momento místico cuando me pierdo y tengo la visión de Aura y, de cierta manera, es una despedida.

¿Cómo llegas al caso Heaven?
Bolaño decía que "América Latina es el manicomio de Europa", y yo pensaba que si de un día a otro pierdes a la persona más importante, a la fuente de tu felicidad, eso te mete en un abismo. Imagínate cuántas personas en México, Honduras y Guatemala están sumergidas en ese trauma. Son países sin terapeuta. Es lo que me hizo acercarme a esa realidad que me pertenece.

¿No tienes miedo de las implicaciones de hablar de la escena política mexicana?
Soy sólo un observador y es un libro muy personal. Muchos se preguntan cómo el país terminó en Ayotzinapa y en la casa blanca. Los 132 fueron los primeros en advertir esto. Desde ese día en la Ibero, ellos vieron lo que venía. El Heaven me parece otro caso profético. México estaba al borde de una época de masacres de este tipo. Ese fue el primero y hay un vínculo con los normalistas.

Como extranjero que ha vivido más de 20 años aquí, ¿cómo ves el futuro para México?

Es mi naturaleza ser optimista. Mucha gente no cree en ningún partido y esa es una oportunidad para crear algo nuevo. Alguien debe tener esa ambición y espero que sea una confluencia de personas, no de ideologías, que vayan contra la impunidad y corrupción.

¿Cuál es tu ánimo personal actual?
Me casé de nuevo. No es que me olvide de Aura. Aún hay momentos dolorosos, pero tuve que hacer una vida desde los escombros. Ella [su esposa] no la tuvo fácil, pero sin hablarlo, es algo que compartimos. Somos sobrevivientes. 

El Circuito Interior. Francisco Goldman. Turner, 2015. 

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