Aquí hay una mezcla elegante del estilo de París con una atmósfera neoyorkina, lo cual sucede gracias a un jazz tipo película de Woody Allen; este es un lugar sobrio, pero con mucha onda. En su interior encontrarás a la gente que nunca has visto en la Roma: señores y señoras muy chic, comensales maduros e interesantes que se toman el espresso en dos tragos como en Italia. Te recibe una barra de madera donde está Miki, la dueña de origen japonés, quien hace de todo junto con su esposo mexicano pero de familia francesa.
Los bancos de la barra son unas planchas de madera sostenidos por una estructura funcionalista de metal opaco y el espacio está definido por varias mesas amplias de madera clara y sillas bajas con forro en tono hueso. La decoración es simple, pero de muy buen gusto, también hay una plancha de mármol blanco sobre la que hay algunas flores y botellas de vino, detrás de ésta, un espejo con un marco dorado que remite al barroco. La iluminación es tenue, lo que da como resultado un ambiente confortable y acogedor.
Hay un menú de tres tiempos: entrada, sopa y plato fuerte, que cambia cada semana, pero a mi parecer este es el establecimiento perfecto para que te dediques unos minutos y te consientas con algo dulce. El café está tostado en Italia e importado a México, la marca se llama Buono. Si te gusta el aroma fuerte del café, lo mejor es pedir un espresso doppio, con mucho cuerpo y espuma, pero si no estás acostumbrado te puede caer pesadito y lo mejor será optar por un capuccino o latte caramelo, el que tiene un toque de saborizante natural que lo suaviza.
Si estás a dieta tienes que probar el pastel de ángel, de miel o de canela que está hecho a base de claras de huevo, muy ligero y bajo en calorías. Si quieres un postre mucho más sustancioso, el pastel plátano con chocolate es la cosa más celestial y poderosa, es como una luna de pan casero bien caliente con mucho chocolate encima y para acompañar un poco de crema fresca con una hojita de menta al lado. Una bomba. Quizá termines con la fuerte necesidad de tomar un vaso de agua, pero te quedarás con la mejor impresión y la experiencia es aún mejor si está lloviendo afuera, ya que puedes ver la lluvia a través de amplios ventanales enmarcados por herrería negra como en cualquier deli del viejo mundo.