Los Supercívicos
Foto: Jordana Btp

Los Supercívicos

Convierten un bache en un cenote sagrado y atacan a los bocineros del Metro. ¡Son Los Supercívicos! Platicamos con estos defensores del ciudadano

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Si al seguir la ruta de compras en el Metro eres víctima de los vagoneros, si las mujeres embarazadas o personas de la tercera edad deben viajar de pie porque nadie les cede el asiento, o si los coches utilizan los carriles especiales del Metrobús, no temas, Los Supercívicos llegaron al DF para defender a los ciudadanos.

Corría el año de 1995 y el capitán Arturo Hernández, ex vj de MTV Latinoamérica, circulaba por las transitadas calles del DF, cuando de repente, sin deberla ni temerla, casi se accidenta por la imprudencia de otro conductor. Después de mentarle la madre, se le ocurrió la brillante idea de hacerse de un auto que sirviera como justiciero vial. Compró un Valiant Duster 1969 al que se le abrían las puertas cual deportivo, lo tuneó con un periscopio, altoparlantes y salieron a patrullar. ¡Así nacieron Los Supercívicos!

Con la cámara en una mano y mucho humor en la otra, ellos evidencian las conductas anticívicas de los defeños.

"Es un formato positivo. Cuando la gente nos encuentra no nos dice ¡qué buen trabajo hacen!, sino ¡qué buena labor!", cuenta Hernández.

Para Arturo y Alex Marín y Kall "Ese Wey" -su cómplice en el proyecto- no hay un malo en la historia, se trata de reforzar el mensaje de comunidad.

"Nuestro enemigo no es la autoridad ni el gobierno, lo que pasa es que ellos suelen tener un comportamiento muy anticívico y fuera del estado de derecho. Cuando hay una oportunidad franca de denunciarlo, lo hacemos", explica Marín y Kall.

Señalar las faltas cívicas suele ser peligroso. Mientras hacían un happening (así llaman a sus acciones en la calle) en Viaducto, vestidos de vaqueros, una camioneta obstruyó la rampa para gente con discapacidad.

"Era el guarro de un político y al acercármele para pedirle que se moviera, me enseñó la pistola. Regresamos con un policía de tránsito y las cámaras". Aunque intentaron usar sus influencias, al final la cámara logró su cometido y se llevaron el auto al corralón.

Para estos Robin Hood urbanos, las redes sociales funcionan mejor que el Ministerio Público. A través de Twitter buscan sus historias.

Alex dice que su función es entretener, "la carga cívica y el mensaje son muy importantes, pero no somos el gobierno, no podemos solucionarle problemas a la gente".

Los policías son el principal problema de todo lo que nos sucede: la falta de autoridad. Los agentes no están preparados, aseguran, aunque la mayoría los apoya porque se ven comprometidos por las cámaras. Incluso tienen un video en su canal de YouTube llamado "Tutorial para grabar policías".

Ellos vs. la censura 
"No vayas con el Verde" fue el musical que hicieron en contra de las celebridades que apoyaron en Twitter al Partido Verde durante las pasadas elecciones (junio, 2015). Hasta el momento tiene más de un millón y medio de reproducciones en su página de Facebook.

Pese a su popularidad, hay un problema para que las televisoras los pongan al aire, ya que eventualmente va a salir raspado un delegado, un gobernador, un policía o una autoridad. Durante 2006, Hernández trabajó para TV Azteca, pero su proyecto salió del aire tras cuatro meses de censura por parte de los directivos.

En 2013 encontró espacio en MVS para Houston, tenemos un programa, un espacio de comedia política, supuestamente sin restricciones y dentro del cual estaban Los Supercívicos. Sin embargo, luego de ubicarse en los primeros lugares de rating, volvieron las trabas que derivaron en su despido.

Para ese momento, la marca ya estaba posicionada entre el público y el proyecto encontró un espacio en internet. Este impulso ayudó a que fueran buscados por El incorrecto, programa transmitido por E! Entertainment Television y en el que ahora tienen un espacio semanal.

"Imagínate en qué clase de país viviríamos si yo tuviera miedo de expresar mi opinión de algo que es ilegal", dice Alex. Lo esencial para Los Supercívicos es que nadie se quede callado. Cuando veas que el taxista quiere sacarte 20 pesos al darse una vuelta de más o que los gobernantes se vuelan un millón de pesos del erario público, hay que denunciarlos, así sea con la cámara del celular.

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