sexo beneficios
Foto: Alejandra Carbajal

Mecosfilm

Te presentamos a la primera productora de porno gay en la Ciudad de México

Gil Camargo
Escrito por
Gil Camargo
Publicidad

El Diablo había renunciado al sueño de su vida de ser el chef encargado de un restaurante a causa de la monotonía y el estrés. Durante su depresión postrabajo, su mejor amigo le preguntó sobre el nuevo camino que tomaría, pero él no tenía idea. “¿Qué es lo que más te gusta hacer, tu sueño?”, cuestionó su amigo; fue cuando supo a qué quería dedicarse: hacer porno.

Días después comenzaron a trabajar en lo que se convertiría en la primera productora de pornografía gay en la Ciudad de México. Con recursos propios y la colaboración de diseñadores de modas y artistas amigos del Diablo, lograron concretar su primera idea: una película de lucha libre. Como en 2008 no existía el porno en la ciudad enfocado a la comunidad, los actores se atreverían a salir en la pantalla con máscaras, además de que pintaba para ser más divertido por el vestuario y las locaciones.

Fue así como nació La putiza, una película de porno que narra la historia de Diamante, un aspirante a luchador que quiere ser el mejor y para ello tiene que pasar por pruebas sexuales sin derramar una sola gota de semen. En el transcurso se enfrenta a luchadores como Vergazteca, Maniaco Eyaculador II, Abismo Profundo y Negro, Pitos Locos, Volcán en Erección y el malvado Penetrator.

El Diablo comenta que primero pensaron en una historia de charros contra mariachis, algo así como Jorge Negrete contra Pedro Infante, la cual se llamaría Allá en el ancho grande, pero las máscaras eran más divertidas. La putiza ganó como mejor película gay y mejor guión en los premios Heat Gay de Barcelona en 2004, festival que reconoce lo más destacado de la pornografía. Fue tanto su éxito que en 2005 lanzaron la segunda parte, La verganza.

Después de ganarse al público con sus dos producciones y a pesar de que el Diablo nunca pensó que podría volverse un negocio, se conforma oficialmente Mecosfilm. Actualmente la productora ofrece porno gay hecho por y para mexicanos, ya que la mayoría de películas y videoclips que consumimos provienen de Brasil, Estados Unidos o Europa.

“Esto ayuda a que la gente se sienta identificado con quien está cogiendo, porque siempre que ves porno lo sientes muy lejano ya que está lleno de gringos güeros, de otro tamaño y con otra fisionomía. El ver porno hecho por directores mexicanos en la Ciudad de México les excita demasiado, porque saben que son vergas como la tuya o las que has visto”, asegura el Diablo.

Mecosfilm se enfoca al mercado bareback (sexo sin protección) con actores mexicanos de distintos tipos: güeros, regios, chacales y de otras partes del país. Por el momento sólo hacen videoclips, los cuales están ligados a la ciudad. “A nuestros socios americanos no les interesa la historia así que hacemos escenas de coger por coger con un pequeño hilo conductor, por ejemplo grabamos en un departamento de 110 años en el Centro, con vista a la Suprema Corte de Justicia, desde donde se escuchaba el murmullo de las personas comprando artículos para bautizos y quince años”, comenta.

Las grabaciones muchas veces se tornan divertidas. Recuerda el Diablo que una vez el camarógrafo tuvo una erección y uno de los actores lo integró al video o que después de la grabación, los actores que participaron en un videoclip se enamoraron y hasta la fecha son pareja.

Cualquier productora pornográfica necesita actores que quieran hacer porno. Así que Mecosfilm cuenta con castings abiertos al público, sólo debes llenar la solicitud en su página web en la que te describes físicamente, informas sobre qué tipo de prácticas sexuales tienes y tus gustos en la cama. Más que conocer tus hábitos, las entrevistas generan ideas; por ejemplo, una vez un actor de Tepito contó su primera vez y la historia era tan morbosa que no fue necesario escribir el guión.

Para conocer el trabajo de Mecosfilm puedes rentar sus videos en el canal bluewoddy.com o comprarlos por mail en casting@mecosfilm.com; los envían a domicilio o puedes recogerlos a sus oficinas en la Roma. Su costo oscila entre los $200 y $400.

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad