Cada ciertos años aparece en la escena musical un mal necesario: las boy bands. Desde los setenta Jackson 5 hizo de las suyas, luego llegaron New Kids On The Block, Backstreet Boys, N*Sync, Westlife y otras más que quedaron abandonadas en algún cajón de las adolescentes del mundo, al lado de su primer labial.
Esta época no podía quedarse atrás y por eso nos ha dado a One Direction. Talentosos o no, estos niños jóvenes convocan a más gente que varias de tus bandas favoritas juntas, aunque se trate de puros menores de edad.