Una luna entre dos casas

Adaptarse a lo nuevo no es cosa fácil y, sin embargo, lo hacemos todo el tiempo: desde la primera escuela, hasta los cambios de trabajo. De ahí la universalidad de la obra Una luna entre dos casas, de Suzanne Lebeau, la cual habla sobre los sentimientos, problemáticas y soluciones que implica este proceso.

La pedagoga y licenciada en Teatro Michelle Guerra Adame dirige el texto de Lebau, con apoyo de actores y de música en vivo “para dar seguimiento a las emociones de los personajes y registrar los sentimientos. Adaptarse es encontrarse y entenderse con el otro”, argumenta la directora.

Una luna entre dos casas presenta a Pluma y Taciturno, dos niños en extremo diferentes que, a pesar de no tener algo en común, logran entenderse y se hacen amigos.

“Es una linda historia que cautiva a niños y grandes, porque los recuerdos de la infancia también incluyen aquellos en los que teníamos que adaptarnos y conocer gente nueva”.

De acuerdo con Michelle Guerra, la obra es una invitación a los niños para dialogar con sus padres sobre problemáticas que no se atendían: “Se trata de fomentar una conversación, además de divertirse, porque si el pequeño tiene preguntas saliendo de la obra, puede hacerlas a los padres”.

Para quienes hayan tenido la oportunidad de ver otras versiones de Una luna entre dos casas, esta nueva adaptación será otra experiencia por la musicalización en vivo.