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[title]Vender un producto no es tan sencillo como parece, ni para las marcas con un largo historial y posicionamiento en el mercado. Es por eso que el trabajo de los publicistas debe estar en constante evolución. Para Walter Aregger y Hernán Ibarra, directores creativos de DDB, agencia que tiene 50 años en México, la creatividad es un elemento que no sólo es propio de su profesión, sino que está presente en todos los oficios y actividades del ser humano, entonces ¿cuál será la clave para que sus proyectos sean exitosos?
"Debe ser la exigencia. Somos muy críticos. Cuando tenemos una idea lo primero que hacemos es criticarla; la ponemos a prueba por todos lados, tratamos de pensar si realmente es buena e innovadora, si es una solución útil y creativa. Las ideas que resisten todos nuestros propios filtros suelen ser las potentes", mencionan.
Walter y Hernán llevan viviendo cuatro años en el DF. No se acostumbran al tráfico que enloquece a la urbe y al principio tenían pánico de los temblores. Aregger continúa perdiéndose en las calles. "Creo que no la voy a entender nunca, es enorme, todos los días es un desafío salir".
No obstante, se han encariñado con el DF, una ciudad que influye en su trabajo. "La publicidad se inspira en los sucesos diarios y en las cosas que se hacen cotidianamente, así que la calle y la ciudad te nutren. Las ideas te surgen de viajar en transporte, en compartir y ver qué hace la gente cuando está en el Metro, en ver cómo se comporta en el supermercado. Nosotros hacemos mucho trabajo de campo para conocer al consumidor y ver qué le pasa realmente, y en ese aspecto esta ciudad es tan compleja, con tanta gente y con tanta diversidad de gustos, clases sociales, que ese trabajo se vuelve fundamental".
La ciudad les ha funcionado como musa en varios proyectos, como la campaña que desarrollaron en 2012 para una armadora de autos. "Era un proyecto dirigido a camiones utilitarios de carga, por lo que nos fuimos a la Central de Abastos de la ciudad para ver cómo se manejaban los transportes minoristas y estando ahí se nos ocurrió una idea que, de hecho, ganó un león en Cannes".
Quizá por eso Hernán y Walter no extrañan Argentina. "Se extrañan algunas costumbres, pero nos gusta vivir aquí. En el DF hay un colorido bagaje bastante único. Es difícil de explicar, pero se vive un caos organizado"..
