Estación Normal

Este conjunto maravilloso lo diseñó Mario Pani. Maravilloso por monumental, visionario y bello. El mural de Orozco en el auditorio al aire libre y el impactante frontispicio de Luis Ortiz Monasterio de 60 metros de largo pueden conocerse si se le pide al guardia de la puerta, en buena onda, que lo deje a uno pasar. Los que siempre han querido saber cómo se llaman los árboles serán felices aquí, pues la mayoría tienen un letrero con su nombre. Buen detalle.

La erigió la comunidad judía para honrar al científico alemán. En la inauguración estuvo un presidente Alemán, pero sólo de apellido. El diseño, impecable y elegante, se lo debemos a Vladimir Kaspé. A este arquitecto ruso también podemos agradecerle otras obras racionalistas como el Centro Deportivo Israelita y el recientemente demolido Súper Servicio Lomas. Yo creo que los alumnos y exalumnos de la Secundaria 15 deberían hacer lo posible por defender su edificio de la fodonguería que ha invadido la zona.

Pobrecita iglesia que hizo Félix Candela en 1956, tan poco apreciada por las nuevas generaciones a pesar de ser una de las construcciones religiosas modernistas más destacadas de la ciudad, con sus paraboloides hiperbólicos tan característicos. Los vitrales están padrísimos, como también lo están los murales de los años sesenta. Lo que hizo Candela, con los arquitectos de la Mora y López Carmona, fue reconstruir la antigua capilla de los franciscanos con valores arquitectónicos de vanguardia. Lo hicieron muy bien.

Hace décadas que esta marisquería es la favorita del barrio de Santa Julia. Se nota al ver cómo se ha expandido desde el Circuito hacia dentro, alcanzando la banqueta de enfrente del templo neogótico del Divino Rostro. Los rostros de quienes comen aquí se divinizan con las tostadas, los filetes de pescado y los camarones a la diabla. No importa si es entre semana, sábado o domingo, a la hora de la comida es necesario llegar temprano para conseguir mesa.