1. Foto: Cortesía Romita mi amor
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  2. Foto: Cortesía Romita mi amor
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  3. Foto: Cortesía Romita mi amor
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Romita mi amor

El amor a una de las colonias más populares del DF se manifiesta en un nuevo proyecto. Hablamos con Yasen Vilchis, coordinadora vecinal de la Romita

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La iglesia de Santa María de la Natividad de Aztacalco fue construida en 1530, dentro de la Romita, nombrada así debido a su parecido con un parque de Italia. En 1903, esta colonia fue, literalmente, tragada por una más grande: la Roma.

Ya que el estatus socioeconómico de los nuevos vecinos era mayor, la Romita quedó en el olvido, volviéndose uno de los barrios más peligrosos de la ciudad.

Hoy la Roma vive un nuevo auge cultural. Ante la necesidad de mejorar la calidad del barrio, nace la organización vecinal Romita mi amor, la cual pretende integrar a vecinos y visitantes para hacer de la Romita un mejor barrio.

El proyecto contempla el rescate de espacios públicos (como el Circular Morelia, la explanada de la iglesia y el Jardín Pushkin), su limpieza y la integración de eventos culturales, además de la interacción de peatones, automóviles y bicicletas para generar una convivencia sana.

Más allá de ser un proyecto de rescate, Romita mi amor pretende que los habitantes, sin importar sus años de residencia, volteen a ver sus raíces y surja un sentimiento de pertenencia. Para lograrlo, lanzarán una convocatoria a vecinos o visitantes que ofrezcan gratuitamente sus conocimientos e impartan talleres y cursos a la comunidad.

El proyecto fue apoyado por la ONG Espacio Progresista, la cual ayudó a una mejor comunicación con los organismos gubernamentales, ganando el apoyo de la delegación Cuauhtémoc y del Gobierno del Distrito Federal.

Romita mi amor sirve de ejemplo y modelo para que otras colonias, con problemas similares, puedan actuar y rescatar espacios públicos para mejorar la ciudad, además de demostrar que no es un trabajo meramente del gobierno, sino también del apoyo vecinal.
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