Cafés de mercado

Los mejores puestos para tu recarga de cafeína

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Passmar
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cafés
  • Del Valle
  • precio 1 de 4

Aunque es de los mejores cafés de la ciudad, el Passmar permanece como un secreto dentro del pasillo cuatro del Mercado Lázaro Cárdenas, en la Del Valle. Tiene una estructura similar a la de un barco turco antiguo. Todo en el local es chiquito, por lo que es muy acogedor. Da una sensación de paz, como si estuvieras en una casa de muñecas en la que predomina el color menta. Tienen varias recetas de la casa patentadas. El alelis berries coffee es una mezcla de frutos rojos con chocolate amargo y café; el sky blue lleva licor de curazao; la natilla espresso, como su nombre lo dice es una natilla de vainilla con un shot de café y el café mojito tiene menta y hierbabuena. El Passmar ha ganado tres premios nacionales de barista y el subcampeonato mundial de arte latte (los ositos, corazones u hojitas de árboles que se hacen con la espuma de la leche). Además, dan cursos de capacitación a quien distribuye o vende su café. Fui a probar el espresso y tomé el mejor macchiato de mi vida. Una bebida corpórea, de temperatura perfecta. El grano proviene de Atoyac de Álvarez, en Guerrero, y tienen diferentes métodos de filtración sofisticados, por ejemplo, el chemex, dripper y sifón japonés. Otra cosa que llamó mi atención fue su gran oferta gastronómica. Se puede comer desde una carne asada o enchiladas de mole hasta hot cakes o piezas de pan dulce. Todo tiene un precio accesible, así que el antojo de un cafecito en Passmar puede resolverse muy fácilmente. Quién sabe, chance y hasta sal

Triana Café Gourmet
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cafés
  • Cuauhtémoc
  • precio 1 de 4

El Mercado de San Juan es enorme, es absorbente y tiene toda la frescura gastronómica. Para tomar un cafecito ahí, lo mejor es el Triana Gourmet, dentro de un local verde fosforescente con una barra naranja cósmico. En sus paredes cuelgan fotos de los reconocimientos que han recibido a escala internacional.  Usan dos tipos de grano: un tostado oscuro italiano marca Bacio y otro de Coatepec, Veracruz, de sabor muy intenso. Además, tienen un molino industrial que permite que el olor inunde todo el establecimiento, así como una máquina italiana de filtrado bastante sofisticada. Tomé un espresso doble cortado al que no le llaman macchiato. El resultado fue muy reconfortante, un sabor penetrante ligeramente achocolatado y amargo. Además, el arte latte aquí está a todo lo que da, hacen cisnes, copos de nieve y hojitas de árboles. Otra cosa recomendable son los lecheros típicos de Veracruz o los carajillos, a un precio sumamente accesible. La oferta gastronómica no es muy abundante, pues el local no cuenta con cocina. Venden cuernitos y panadería sencilla, cupcakes caseros sin ningún tipo de betún cremoso y polvorones de nuez. En realidad, el Triana es como de pisa y corre. Un antojito de echarse un espresso y a seguirle, a menos que quieras sentarte un ratito en la barra, pero las sillas no están muy cómodas. Para el postre o el break en el Mercado de San Juan, Pablo y Mary, hermanos y dueños, te esperan con una sonrisa en el Triana.

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Tomás Casa Editora de Té
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cafés
  • Condesa
  • precio 1 de 4

En un afán de novedad, varios lugares usan palabras que muchas veces no justifican lo que ofrecen. ¿Alguien ha visto la palabra “barrio” últimamente?, pero, ¿una editora de bebidas? Acepto que el nombre se me hizo pretencioso al principio. En una casa remodelada de la Condesa, Tomás ofrece sillas y sillones para disfrutar sus bebidas ya sea en su terraza o al interior, donde disponen de una selección de revistas alternativas para el visitante. Casi al llegar, me doy cuenta de que poca gente atiende el lugar, incluso espero alrededor de 15 minutos para que alguien me ofrezca algo. Me invitan a acercarme a la enorme barra para que me expliquen el concepto de Tomás. Sus mezclas están clasificadas por medio de un código de tres dígitos que indican, por ejemplo, qué tipo de té es y cuál es su sabor predominante. Es claro que saben lo que ofrecen y disfrutan de dar con la bebida indicada para el cliente. Fría o caliente, para retomar la calma, abatir el sueño o simplemente para disfrutar. Para la noche de jueves pido una bebida fría que me reanime. La sugerencia de la casa es un 790 mate. Antes de eso me dan a oler distintas mezclas. Acercar la nariz para percibir los aromas es un placer en sí mismo. El aroma de cada ingrediente es distintivo y me recuerda que el olfato es un sentido poderoso que hay que consentir. En una de las mezclas percibo clavo y en otra chocolate, entre otros ingredientes que las hacen novedosas. Además de probar la amplísima variedad de mezclas de la ca

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