Tíos

  • Restaurantes
  • Zona Metropolitana
  • precio 3 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Tíos
Página oficial Tíos
Publicidad

Time Out dice

3 de 5 estrellas

Los meseros vestidos formalmente con delantal. El piso reglamentario con los cuadros blancos y negros como tablero de ajedrez. Las sillas de madera. Los manteles blancos. Las copas de cristal. Los espejos. La pizarras indicando las especialidades del día. Ese aire a restaurante viejo, quizá de los años 30 o 40, perfectamente bien calculado. Ese menú hecho a base de manjares que han salido avantes de la prueba del tiempo: décadas, posiblemente siglos, de gastronomía española les asegura que esos platillos, preparados de esa manera, son deliciosos. Aún así, es posible que de repente hagan algún guiño hacia algo más contemporáneo, pero será sólo eso: un acorde audaz en un cóver viejo, perfectamente ejecutado.

Por ejemplo: el menú que pedí. Sopa de cebolla. Deliciosa y sin sorpresas. Servida en tazón, con un pedazo de pan y una bola de queso gratinado flotando en el caldo pardo. Luego, un filete a las tres pimientas, algo que no estaba en el menú, pero se ofrecía en la pizarra: un corte jugoso, suave ante el cuchillo, término medio, bien compenetrado por la esencia de las pimientas, acompañado de puré de papa, que sí, es previsible, pero es lo que la tradición ordena ante un pedazo de carne de esa catadura. De postre, una crema catalana: con su crujiente costra de caramelo que se quiebra con un crac musical al contacto con la cuchara.

Esa mezcla de platillos harto conocidos o, por lo menos, imaginables al comensal promedio, bien realizados, en una atmósfera que recuerda una hostería en cualquier ciudad española, ha hecho un éxito de esta franquicia de restaurantes. Y la familia es amplia: de Tíos, específicamente, hay también un Casa Tíos, en Palmas, y un Los Tíos en Satélite; pero también conocemos el Primos en la Condesa y el Sobrinos en la Roma, parientes un poco más lejanos, pero que comparten el concepto en sus trazos generales.

En fin, si toda la atmósfera está tan bien entonada, tan lograda la ilusión de un restaurante europeo de mediados del siglo XX… ¿por qué en la música ambiental escuchamos los éxitos ochenteros de Phil Collins, o de Chicago? Seguramente a nadie molestan: en la otra mesa una señora cantaba mientras comía. Vamos, con culpable deleite confieso que yo también me sé esas canciones… pero la ilusión se distorsiona y se delata la escenografía. Vamos, pongan por lo menos a Frank Sinatra y dará la finta de que estamos ante un escenario sin fisuras.

Escrito por Felipe Soto Viterbo

Detalles

Dirección
Vasco de Quiroga 3900
Lomas de Santa Fe
México, DF
Precio
Consumo promedio por $350
Horas de apertura
Lun-sáb 8am-12pm, dom 8am-7pm
Publicidad
También te puede gustar
También te puede gustar