Burro de Oro

Podrías caminar por Orizaba y pensar que es un puesto más de la Roma; la diferencia es que éste es propiedad de uno de los mejores bartenders de México, Khristian de la Torre (quien creó el menú de Gin Gin y Sesame, entre muchísimos lugares más), así que la calidad es garantía.

En el Burro de Oro, Khristian se enfoca en la comida sin olvidar la creación de algunas bebidas (sin alcohol). A pesar del nombre, no se sirven exactamente burritos, sino una creación similar que reemplaza la tortilla con pan horneado suave, relleno de varios ingredientes. El menú es corto y no hay pierde: tres burritos de fijo y uno del día.

Recomendamos el burro y el pastor, con carne de cerdo al pastor, queso mozzarella, calabacitas y piña; y para los vegetarianos, el burro y el vegetal, con espinacas, queso mozzarella de búfala, jitomate deshidratado, albahaca y salsa de tomate.

El trato es muy, muy amable, pues Khristian posee todo el encanto de alguien que ha trabajado tras la barra durante varios años. Si no te late eso de comer en las banquitas del puesto, puedes pedir tu burrito a domicilio, u ordenarlo para llevar y caminar hacia la Plaza Río de Janeiro, que está a una cuadra y tiene una réplica en bronce del David, de Miguel Ángel, posada sobre su fuente central.

¿Mal del puerco? Puede que la pelirroja, bebida con jengibre, anís, canela, cáscara de naranja y clavo con un top de agua mineral, ayude a despertarte por su sabor a jengibre, o quizás prefieras el fénix, una extracción fría de café con leche y cardamomo.

Ahora, si no te gusta la leche en tu café, a unas cuadras está Taller 42; ahí, prueba el shakerato (espresso con cáscara de limón amarillo y vainilla).

El Burro de Oro es una muy buena opción para comer barato en la Roma, pues una comida cuesta apróximadamente $60. Nada mal, ¿no?