Alberto Villarreal
Foto: Marianela Trueba

Alberto Villarreal: se vale ser distinto

Este director teatral ha sido criticado por su estilo trasgresor, aunque él asegura que todo lo toma de lo clásico

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En la década de los sesenta, adjetivos como transgresión, originalidad y novedad le fueron asignados al trabajo de creadores escénicos como el mexicano Juan José Gurrola y el chileno Alejandro Jodorowsky. No es fortuito que uno de los proyectos en los que actualmente está involucrado Alberto Villarreal sea un montaje escénico en el que se rinde homenaje a ambos realizadores.

Si hay alguien en el panorama actual del teatro en México que sea motivo de adjetivos similares a los que recibieron los mencionados directores, es precisamente este dramaturgo, director y docente que todavía no coquetea con los cuarenta años. Sin embargo, lo que para muchos es el ejemplo más contundente del llamado "teatro posdramático" (enfocado en el montaje de la escena y no en el texto dramático), para él no es otra cosa más que un trabajo clásico.

"Lo que hacemos está basado en estrategias teatrales que existen desde los siglos XVI y XVII. Finalmente a nosotros nos apasionan y por eso las retomamos. Las ideas de novedad y sorpresa no son palabras con las que me sienta identificado. Mi trabajo es reintroducir factores que el teatro ya no tiene ahora, como aspectos de la dramaturgia de Goethe, Schiller, Von Kleist. También de los isabelinos, del carnaval y hasta del futbol", dice Alberto.

Eso es lo que ha intentado en propuestas como sus celebrados desmontajes y ensayos: Ensayo sobre la inmovilidad (2006), Ensayo sobre la melancolía (2007) y Ensayo sobre débiles (2009), así como los montajes que ha realizado para instituciones como la UNAM y la UASLP, como Desierto bajo escenografía lunar (2010) y La raíz de las delicias (2012).

Asegura que ha aceptado dirigir esas obras por la libertad que universidades le han otorgado. Porque si algo privilegia Alberto Villarreal, es la libertad en su trabajo y en el de sus colaboradores. Por ello, no dudó en estrechar lazos con Teatro UNAM para llevar a cabo su más reciente proyecto El lado "B" de la materia, en el cual destaca la mancuerna con Alejandro Luna, hombre fundamental de la escena mexicana.

"Es el resultado de hallazgos y pérdidas a lo largo de investigaciones, viajes y trabajos. La obra reúne muchas de las preguntas de lo que he trabajado en los últimos tres años, lo que ha sucedido en proyectos de investigación en diversas partes del mundo, como el Teatro del Tablón, en la Patagonia". Una de las principales apuestas de este montaje, es la relación que se pretende establecer con el público a partir de la disposición escénica.

"No se trata del teatro Juan Ruiz de Alarcón como el espacio que recibe la obra, sino que el mismo espacio se vuelve un sistema discursivo. Los espectadores se encuentran sobre el escenario no como un gesto retórico, sino para favorecer su percepción de la fuerza del teatro, entendido como una máquina, como un sistema que produce movimientos y efectos".

Con el público sobre el escenario y los actores sobre las butacas, el director apela a los clásicos. A los realizadores como Gurrola y Jodorowsky, quienes renovaron la escena mexicana y que actualmente, a cinco décadas de distancia, ya son considerados como clásicos de la transgresión. Clásicos que son retomados hoy por jóvenes que algún día serán clásicos, como Alberto Villarreal.

La obra actual de Alberto es El lado "B" de la materia. Teatro Juan Ruiz de Alarcón. Jue-vie 8pm, sáb 7pm, dom 6pm. $150. Hasta el 1 de diciembre.

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