La actriz española Angélica Liddell realiza un performance que mezcla el dolor físico con la nostalgia, la muerte y la misericordia. En su trabajo, Liddell recuerda a una de las figuras femeninas más destacadas de la música del siglo XX, la violochelinista británica Jacqueline du Pré, quien falleció a los 42 años debido a complicaciones de esclerosis múltiple. Justo la misma edad en la que Lidell hizo por primera vez este performance.
Te haré invencible con mi derrota es un montaje compuesto por textos y rituales que recuerdan a una misa negra, en la que Liddell hace una invocación necrófila a través de su actuación.
La actriz va más allá de la representación. Su performance llega al sentido literal del dolor, pues se clava agujas en los dedos y hace cortes con navajas en sus espinillas
“A veces Jackie me habla, aparece en una esquina de mi casa, empieza a soltar números y siglas que parecen contraseñas militares, resplandece un segundo y se marcha”, dice el texto de esta puesta que manifiesta la nostalgia de la española por querer comunicarse con du Pré.
El montaje alude a una sesión espiritista, tan sólo es suficiente ver los violonchelos a manera de ataúdes.