Carlos Tierrablanca
Foto: Alejandra Carbajal

Carlos Tierrablanca, bailarín de salsa

Cautivo de la salsa y director del Estudio Azul y Oro

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Charlie estudió economía pero le gustó más bailar. Su historia, relata, inició en los años ochenta cuando la moda era el break dance. Sin embargo, su familia prefería los ritmos tropicales. Ya no pudo zafarse de tal herencia. De niño, fiesta tras fiesta se dedicaba a observar a sus tíos y primos para aprender a moverse, así nació su pasión por la salsa.

También vivió el auge de los sonideros y las pistas, lugares baldíos o calles que se habilitaban para bailar en las colonias populares. Recuerda haber conocido a excelentes bailarines de lo que adoptó sus tácticas de baile.

Justo cuando finalizaba su licenciatura, acudió a una convocatoria que difundió la estación de radio Tropi Q. Charlie asistió a las clases de baile que daban en el Bar León (República de Brasil 5). La salsa en línea lo cautivó.

Caracterizada por poseer una técnica guiada a partir del rigor de los tiempos musicales y por trazar una trayectoria de adelante hacia atrás, esta modalidad de salsa se diferencia de lo que comúnmente se baila.

Para el actual director del Estudio Azul y Oro no hay una forma correcta de bailar salsa. Son estilos diferentes que comparten el sabor. La salsa en línea aprovecha más los recursos técnicos, las figuras y las líneas del cuerpo.

Después de dos años de estudiar salsa con el maestro Carlos Carmona, Charlie decidió dejar de ejercer la economía y se dedicó de lleno al baile. Presume ser uno de los pioneros que difundió la salsa en línea en la cuidad. "Bailar este ritmo desinhibe", afirma.

Con una trayectoria de 15 años, Charlie es un cautivo del ritmo.

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