El rey Lear

  • Teatro, Shakespeare
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

¿Quién es el rey Lear? ¿Es ese hombre senil que se sumerge en la locura tras repartir infortunadamente sus bienes entre sus dos hijas mayores y desterrar a la menor? A decir de Carmen Ramos, actriz y directora de esta puesta, “Lear es una representación del poder falto de moral y ética”.

Bajo esa premisa, Carmen, junto con la también actriz y directora Ana Zavala, se sumergen en otra locura: la de habitar juntas la escena, asidas del texto del dramaturgo Rodrigo García. En él, el autor argentino desarma la tragedia shakesperiana y se centra en la guerra familiar de la que son parte el rey, su bufón y sus tres hijas, en paralelo con la violencia que cada vez con mayor naturalidad se sufre en México. Carmen y Ana construyeron una propuesta cuya apuesta fundamental es la ruptura.

“Al romper con un clásico estructuralmente también lo quiebra socialmente y eso implica para nosotras, como actrices y creadoras, borrar ideas prefabricadas de nosotras mismas. No estamos hablando de que las mujeres vamos a agarrar el poder, sino cómo jugamos con ese poder y con la violencia en un espacio escénico”, dice Carmen.

El juego empieza desde que vemos a las dos actrices encarar a los cinco personajes. A partir de monólogos que retratan el autoritarismo de Lear, la virtud de Cordelia y la férrea disputa entre Goneril y Regan por su patrimonio, las directoras aprovechan para entrar y salir de la ficción y lanzar su personalísimo punto de vista sobre la sociedad convulsa que representan.

“Nunca nos planteamos hacer algo convencional, como llamar a un actor para interpretar al rey, porque partimos del principio del poder: quién lo ejerce. El poder lo ostenta quien sea, no tiene que ver con número ni con género”.

Así, el riesgo está presente en cada instante de esta obra que transgrede las fronteras de lo teatral y llega a los terrenos del performance o de la instalación.

“El riesgo está en la provocación, que no es inmediata ni efectista. Viene desde hacernos preguntas interiores e intimar entre nosotras hasta tener juegos explícitos con objetos que suponen un peligro”, explica Ana Zavala.

Sobre el hecho de dirigir y actuar al mismo tiempo, coinciden en que se debe a la necesidad de ambas de ser consideradas creadoras escénicas. Eso lo permite el propio García, a decir de Carmen Ramos.

“La manera en la que escribe provoca que sea el actor el que entre en su mundo, sin que venga nadie a proponérselo. En este país hacen falta creadores escénicos multidisciplinarios”.

Carmen y Ana dejan muy clara la función de un clásico: hablar de quiénes somos y en qué tiempo y lugar nos hallamos.

Entre cuchillos, ladridos, explosivos y combates cuerpo a cuerpo, William Shakespeare entra y sale augurando esperanza, sin importar que el texto tenga cuatro siglos.

Detalles

Dirección
Contacto
5283 4600
Precio
$150
Horas de apertura
Lun-mar 8pm
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