Si crees que adentrarte en un manicomio no es divertido, debes ver la obra que creó el español Suso Silva. Manicomio del circo de los horrores, es la segunda parte de una trilogía que fusiona circo, teatro y cabaret y que llegó a México hace un año y está de vuelta debido al rotundo éxito que alcanzó en taquilla.
Circo de los horrores es la primera parte de este show en el que un hombre llega por equivocación a un cementerio lleno de gárgolas y lápidas, con personajes como la niña del exorcista, el sepulturero y su payaso Grimo, Devora la vampira y Nosferatu, el vampiro de la película homónima alemana de 1922. Los gritos y risas de los asistentes llenaron el Gran Teatro Molière de energía.
Ahora en Manicomio del circo de los horrores se suman nuevos personajes: un ama de llaves que siempre está enfadada; Alicia en el país de las pesadillas, que toma píldorasen exceso y distorsiona a los personajes de la cinta animada; payasos asesinos con chalecos de fuerza y enfermeras que desde la entrada del teatro interactúan con el público.
“Si ustedes creían que en la primera parte habíamos contado la historia del vampiro Nosferatu, los hombres lobos y las poseídas, los hemos engañado, no existen tales personajes. En realidad todo se trata de un hospital mental con una familia de locos y desquiciados perturbados. Este año no vamos a jugar tanto con el terror real de personajes impactantes, sino con el miedo psicológico. A mí me provoca más desasosiego un loco que no sé ni por dónde me va a salir que ver a un tío que viene con una sierra hacia mí”, comenta Jesús César Silva, mejor conocido como Suso Silva, director y creador de este espectáculo proveniente de España.
Más de 40 personajes en escena entre actores, cantantes, bailarines y malabaristas conforman este espectáculo de dos horas.
“Desde que cruces la puerta serás el blanco de nuestras bromas. Te verás inmerso en un hospital con enfermeras que te acompañarán a tu lugar e intentarán ponerte camisas de fuerza o una inyección para que te relajes. También habrá otros personajes que van a interactuar contigo, porque no queremos un público sentado y pausado en sus butacas, sino que sea una parte activa”, advierte Silva.