¡Tercera llamada, tercera! Otto está muy nervioso, a un paso de salir a escena para divertir al público. Pero, de pronto, su nariz roja cae de su rostro y se deshila sin que Otto pueda enredarla nuevamente, lo que le provoca un desmayo durante el que se sumerge en un universo que lo lleva a presentarse ya no frente a los otros, sino frente a sí mismo.
¿Quién es Otto? Nos responde su creador, el clown Aziz Gual, quien dirige el espectáculo por invitación de la Compañía La Bomba Teatro, “Otto es un personaje del circo y del teatro al que le encanta hacer reír, pero nadie se imagina lo que siente antes de salir a escena. Él nos muestra la cara detrás del escenario, que es a la vez una metáfora de la vida y una realidad de los artistas del circo y del teatro, que tienen la responsabilidad de salir a entregarse al espectador en un lenguaje, el del clown, en el que se antepone el riesgo y la fragilidad y se expone una verdad auténtica, un espíritu individual”.
Para Aziz Gual, la gran paradoja del clown es que, a pesar del maquillaje y la nariz que cubren su rostro, lo que intenta sobre el escenario es desmaquillarse: “El clown, más que un disfraz es el deseo de abrir la puerta de la comunicación con la gente para tocarla a través del lenguaje del corazón: por ello su lenguaje fundamental no es el de las palabras, sino el de las emociones”.
“Otto es un espectáculo que habla de las emociones, aquellas que todos cargamos y de las que no hablamos mucho: los miedos, las inseguridades, la soledad y todos esos estados con los que vivimos. Esta obra ofrece una posibilidad para salvarnos, es decir, para superar esas aprehensiones”.
Escrito en colaboración con Lucía Leonor Enríquez, éste es un espectáculo que, si bien ocupa un horario dedicado al teatro para niños, está realizado para que lo disfruten todos los miembros de la familia, pues Aziz Gual y La Bola Teatro le hablan al ser humano.
“Queremos darle una caricia a la gente; a través de nuestro trabajo hacemos una revalorización de la autoestima del ciudadano porque está muy devaluada: no importa lo que decimos, lo que pensamos, lo que votemos: aquí las cosas se imponen y eso devalúa al ciudadano. Hay que buscar la manera de que eso se reivindique y se revalore”.
Y como punto de partida, nada mejor que la risa, la música y el asombroso universo que puede hallarse tras la caída de una inquieta nariz roja.