Yves Klein tenía su azul, el cual fabricó y patentó, y que se convertiría en el sello característico de su obra. De la misma manera, Edward Krasinski es recordado por algo azul, pero este un objeto totalmente ordinario: una cinta scotch, de esas que puedes comprar en las papelerías, la cual desde 1968 hasta su muerte en 2004 empezó a pegar por doquier, sin razón aparente. Aunque varios fueron los motivos y significados que se le atribuyeron, Krasinski siempre se rehusó a darle un significado, prefiriendo describirlo simplemente como “Cinta de plástico Scotch azul, ancho 19mm, largo desconocido. La pego horizontalmente en todo y en todas partes, a una altura de 130 cm.” En todo y en todas partes es también el nombre de la más reciente exposición de kurimanzutto, en la que dos creaciones del fallecido artista polaco (y que involucran la famosa cinta azul, que atraviesa paredes, pinturas y espejos entre ambas obras) funcionan como plataforma teórica y práctica a cuatro artistas que trabajan en torno a estas piezas.
Aunque no tiene nada que ver con el barroco como lo concebimos, la muestra tiene algo de esa invasión del espacio, del movimiento y de la pluralidad en las obras, como en “Division Is”, escultura de papel de Karla Black (1972) en colores azul y rosa, cubierta de un polvo rosáceo, y que hace alusión a los límites, como una frontera que además registra el tiempo, una ruina montañosa. Otra obra que evoca memoria es la de la artista Suzanne Winterling (1970), donde una tira de celuloide está acompañada por joyería: cadenas, cuarzos y oro de fantasía que también van en línea recta como el scotch tape. Mientras, Marieta Chirulescu (1974) juega con los límites de la representación al usar en sus piezas tintas de impresora sobre un lienzo blanco. Sin embargo, la pieza más emblemática por su cercanía a Krasinski es la de Babette Mangolte, que muestra un video del estudio del artista como registro histórico de su trabajo, de sus procesos y de su forma de operar. La muestra puede resultar algo compleja, pero tiene gran cohesión y resulta muy interesante el discurso que se creó a partir de la obra de Krasinski.