Necesitarás mirar muy hacia arriba para poder ver las 50 aves que están alrededor de la intervención arquitectónica creada por el artista Ricardo Caballero.
Puede ser que no te parezca artístico encontrar una construcción de andamios, pero de acuerdo con el artista "este era un espacio demasiado atractivo como para ser negado al arte”.
Lo que busca es recrear la torre de vigilancia que se situaba en la antigua cárcel, ahora conocida como Palacio de Lecumberri. Su idea es que la torre no funcione como entidad vigilante sino como un contenedor que es vigilado por otros. Cambiar el sentido.
Podría haber trabajado a partir de archivos sonoros o documentos que se guardan en el recinto, pero Caballero se concentró en el centro del lugar para recrear el ambiente que se vivía en la cárcel, usando a las aves como símbolo de la falta de libertad que tenían de los reos.
El único que puede alimentar a las aves es Ricardo Caballero y mientras lo ves subir por las escaleras de la instalación, puedes acercarte a los planos arquitectónicos de la estructura en la instalación.