Dicen que a los mexicanos les puedes quitar todo, excepto el futbol y la Virgen de Guadalupe. Es por eso que esta exposición te da un un recorrido por obras de arte, como pinturas y esculturas, donde encontrarás advocaciones marianas (virgenes con diferentes vestimentas y soportes).
Las obras están distribuidas como la estructura de un libro: inicio, desarrollo y conclusión. Como antecedente, te explican que María es mencionada muy pocas veces sola en los Evangelios, por lo que existe muchos vacíos de información sobre lo que puedo pasar en su vida desde su nacimiento, matrimonio y ascensión al cielo.
Después, los jesuitas hicieron un libro donde se establecía la forma en que debían evangelizar a los indígenas, dando vital importancia a la enseñanza de las vírgenes. Cada vitrina de la exposición contiene estos escritos, por ejemplo, la copia del Concilio de Trento, un gran libro que incluía todo tipo de veneraciones a estas imágenes.
Al final, tras haber recorrido la Virgen de la Caridad, la del Carmen y la de Aranzazú, te encontrarás con una imágen conocida. Como préstamo del Colegio de las Vizcaínas, se exhibe un biombo que presenta las cuatro veces que la Virgen de Guadalupe se le apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac.
Hay pinturas que han sufrido cambios, como la oxidación en el vestido de la Señora de Loreto o el monstruo borrado en la parte inferior izquierda de la Madre Santísima de la Luz. Sin ser religioso o católico de hueso colorado, en este espacio descubrirás obras con un antecedente histórico que van desde los siglos XV hasta XVIII.