Algunas costumbres antiguas nos parecen extrañas o incluso controversiales, existen unas cuya práctica producen escalofríos. En los días posteriores a la época victoriana se acostumbraba fotografiar con características por demás peculiares a niños acicalados, que descansaban en diversas posiciones aparentando estar en un sueño profundo; sin embargo, la realidad es que yacían muertos. Romualdo García realizó esta misma técnica en Guanajuato; años después la artista Cannon Bernáldez la retoma para manifestar la violencia infantil en la exposición Bitácora, en el Foro R-38 de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
La muestra curada por Inés Maldonado y Gabrielle Vinós contiene 88 piezas, resaltan fotografías, esculturas en yeso y objetos intervenidos, los cuales están estructurados en cuatro ejes temáticos: lo siniestro, la apropiación, la escenificación y las técnicas. El trabajo de Cannon revela una especie de placer por tornar el ambiente en algo macabro y provocar sensaciones de temor e inseguridad en el espectador; al mismo tiempo crean fascinación por la belleza de cada una de sus obras.
En uno de los muros de la galería se encuentra un políptico de 57 fotos en varios tamaños, donde observarás escenas de lo que parecen eventos sobrenaturales e imágenes de niños que juegan mientras cubren sus rostros utilizando máscaras.
Como parte de la exhibición hallarás colgados dos juguetes clásicos: un View-Master que relata en siete cuadros fotográficos la historia de una niña que juega con ranas, tratando de encontrar a un príncipe. En un principio la trama parece inocente, pero esto cambia al avanzar y ser testigo de que la menor, al notar que ninguno de los anfibios se transforma, comienza a clavarlos en una pared y, posteriormente, tragarlos.
Cannon Bernáldez es una fotógrafa y escultora con más de 20 años de trayectoria. Ha expuesto en Estados Unidos, Rusia y Francia. Ahora toca el turno de México.