Seis artistas elegidos por el curador francés Michel Blancsubé “contaminarán” Casa del Lago con obras que responden a la crisis ambiental que vivimos. “Los creadores son muy conscientes de la época que vivimos, de sus retos y de sus esperanzas”, dice Blancsubé, quien armó la exposición colectiva en función de la producción de los artistas y de cómo podían conectarse entre sí.
Forma parte de la muestra Jean-Marie Perdrix, artista francés que investiga cómo reutilizar y resignificar materiales como el plástico, el bronce o el cadáver de un animal. El irlandés radicado en Francia, Malachi Farrell, propone piezas que reflexionan sobre la cultura urbana. Jean-Luc Moulène, reconocido artista galo que trabaja con fotografía y escultura, produjo piezas en México ex profeso para esta muestra. La austriaca Sofia Goscinski creará sus piezas con materiales como el barro negro de Oaxaca.
En cuanto a representantes mexicanos, Fernando Palma Rodríguez reflexiona sobre la urgencia de conservar y proteger Milpa Alta, donde se encuentra su taller. Carlos Amorales participará con dibujos y obra de su alfabeto abstracto.
La idea es que “las piezas de varios artistas se contaminen entre sí”, dice Blancsubé, y que también se desborden más allá de la sala: “tengo la imagen de la sala de exposición como un contenedor y quiero que las cosas se escapen para corromper un poco el entorno”.
Algo que tienen en común los seis creadores es que todos producen escultura. “La primera cosa que veo cuando miro una escultura es un sentido de densidad, de peso. Estamos todos sujetos a 9.81 newton por kilo, entonces quise usar como hilo conductor esta idea de la fuerza gravitacional. Me gustó el doble sentido que tiene tanto en francés y como en español, podemos referirnos también a la gravedad existencial.