Un refrigerador industrial yace sobre el escenario. En su interior descansa un objeto particular que Juan José Gurrola (1935-2007) halló una tarde por la calles de Bucareli, un elemento que muestra nuestro paso como nación a lo largo de la historia: un monoblock.
A 46 años de aquel primer perfomance en Bellas Artes, en el que Gurrola utilizó como leitmotiv esa pieza automotriz, llega a la Casa Estudio Luis Barragán la representación Monoblock.
Todo inició gracias al rumor que corrió en torno a la Convención Especial de Reclamaciones —conocida como Tratado de Bucareli— entre México y Estados Unidos en 1923, tratado que supuestamente establecía una prohibición para que nuestro país produjera maquinaria especializada y de precisión, entre ella, motores automotrices. Esto fue el detonante para que Gurrola, con ayuda de Gelsen Gas, produjera una serie de 12 fotografías que se convirtieron en el inicio del espectáculo artístico completo.
Esta ocasión, a manera de homenaje póstumo por 10 años de la muerte del artista, se presenta la exposición compuesta de la serie fotográfica, el monoblock dentro del refrigerador industrial original, y se completa con un performance compuesto por poemas de su autoría e interpretado por las actrices Tina French —quien lo acompañó en la primera representación de la puesta—, Nora Manneck y Ariane Pellicer.
A pesar de que la exposición durará dos meses, el performance solo se representará el 1 y 2 de diciembre, a las 8pm y 1pm respectivamente. Y en éste no se pretende hacer un remontaje o una reinterpretación del original, se trata de crear un nuevo show en el que la experiencia de las actrices sea la que contamine el escenario y haga resurgir la magia.
Una experiencia multiartística y multisensorial en la que, explica Nora, se demuestra que Juan José Gurrola “tenía un espíritu que nunca va a morir”.