De Puccini conocemos grandes óperas como La Bohéme y Tosca, que han tenido tanto éxito que cuentan con algunas adaptaciones contemporáneas al teatro musical (Rent) y al cine; sin embargo, pocos conocen una de sus obras más ambiciosas: La fanciulla del West, una de las partituras más audaces y complejas de todo el repertorio del compositor italiano.
En México sólo se logró escenificar una sola vez en 1920 en el Teatro Arbeu bajo una compañía itinerante; luego de ocho años de gestiones e intentos, La fanciulla del West se presentará por primera vez en el Palacio de Bellas Artes, 97 años después de su estreno mundial en Nueva York.
La ópera cuenta uno de los temas más vigentes: la migración, pero visto desde la óptica de un pueblo minero en las montañas de la Sierra Madre californiana. En plena fiebre del oro y en un ambiente sumamente masculino, aparece la joven Minnie, quien se convierte en una figura maternal y sensual anhelada por todos los lugareños.
Este estreno representa un punto de vista iberoamericano de la obra original de Puccini. La puesta en escena estará a cargo de Sergio Vela y la orquesta y coro del Teatro de Bellas Artes bajo la batuta del director brasileño Luiz Fernando Malheiro.
El elenco estará encabezado por la soprano de raíces españoles Ángeles Blancas Gulín (Minnie), el barítono mexicano Jorge Lagunes (sheriff Jack Rance) y el tenor vasco Andeka Gorrotxategui (Dick Johnson alias Ramírez). También contará con un ensamble que hará a los 15 personajes restantes.
La fanciulla del West fue escrita entre 1908 y 1909, cuando emergió el movimiento del fauvismo, que usaba colores muy violentos; además del art nouveau. Esto hizo eco en la partitura; por ello se trata de una ópera muy compleja. La dramaturgia está llena de honduras y vericuetos. Actualmente, sigue siendo una de las obras más atractivas, al trasladarnos a las tensiones binacionales entre México y Estados Unidos.
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