A lo largo de la historia, las representaciones del cuerpo humano han contado con una fuerte carga de sensualidad, sobre todo en la escultura. Para prueba el trabajo del italiano Antonio Canova (1757-1822) y el fotógrafo Domenico Mimmo Jodice, quien es de los pocos que ha recibido el premio Feltrinelli.
Sigue la blancura del mármol a través de las seis esculturas y los 13 grabados de Canova que se alojan en la sala del Museo Nacional de San Carlos gracias a la curaduría de Juliana Ericani, exdirectora del Museo Cívico de Bassano del Grappa. Estas piezas están acompañadas por 29 fotografías de Jodice, quien reinterpreta desde la disciplina fotográfica la obra de uno de los escultores más brillantes del siglo XIX.
Observarás una de las piezas más conocidas de Canova: Cabeza de bailarina, que data de 1820, y se encuentra rodeada por 28 imágenes tomadas por Mimmo Jodice. También verás otras esculturas como Cabeza de Madame Recamier y Cabeza de Letizia Ramolino.
En la última sala verás algunos grabados y dibujos de la colección del Museo Bassano del Grappa, entre los que destacan Busto de Napoleón, Venus Itálica y Bailarina con las manos en sus caderas.