Los zombies y los vampiros son algunos de los personajes favoritos del cine del terror. En los últimos años, las colmilludas criaturas han sido sobreexplotadas por la cinematografía estadounidense y colocadas en historias muy ajenas a su naturaleza: sufre de mal de amores, se expone al sol, se caen de ternura, entre otras amenidades.
De ahí que el Cineclub Condesa rescate los trabajos de directores que ven en el vampiro algo más que un chupa sangre, que se apoyan en estos personajes para reflexionar sobre la vida, el “deber ser” y el sexo, con el ciclo Cóctel de sangre.
La programación se conforma por las películas Sed de sangre (Bakjwi, 2009), de Park Chan-wook, en la que muestra a un sacerdote atormentado por las dudas y quien logra sobrevivir misteriosamente a una enfermedad mortal. El ansia (The Hunger, 1983), de Tony Scott, también figura en la selección y presenta a una coleccionista de arte renacentista que también acumula amantes y almas.
Asimismo se proyectará La adicción (The addiction, 1995), de Abel Ferrara, en donde una estudiante es mordida por una mujer vampiro, lo que le desencadena un debate entre sus pulsiones y conciencia. El ciclo terminará con Una chica regresa a casa sola de noche (A Girl Walks Home Alone at Night, 2014), de Ana Lily Amirpour, un western vampírico que suma un romance teñido de mucha sangre.