La guerra y sus calamidades, la pérdida de esperanza, la vida humana reducida a pura angustia. Eso es lo que vemos en Nabat (Elchin Masaoglu, 2014) película sobre la soledad de una madre y que, junto con otras seis cintas, forma parte de la Muestra de Cine de Azerbajian de la Cineteca Nacional.
El ciclo se abre como oportunidad para apreciar un cine fiel a la historia de su país y que retrata el difícil rumbo por el que transitan las antiguas repúblicas soviéticas. Ejemplo de ello es el mencionado filme de Musaoglu, que se sitúa en los noventa, durante la Guerra de Nagorno Karabaj. Describe la soledad de Nabat, mujer quien en las montañas al sureste del Cáucaso padece la pérdida de su hijo muerto en el frente y cuida de su viejo y desahuciado esposo, un antiguo trabajador forestal.
A través de planos secuencia precisos, una espléndida cinefotografía de Rahim Besharat y una sorprendente actuación de Fatemeh Motamed Arya como Nabat, la película de Musaoglu ejemplifica con plenitud una cinematografía partícipe de la gran tradición fílmica rusa pero que hoy día no produce muchas películas.
El ciclo se complementa con los títulos Arşin Mal Alan (Rza Takhmasib y Nikolay Leshchenko, 1945), Si no es con aquél, con éste (Hüseyn Seyidzadeh, 1956), El vampiro (Ayaz Salayev, 1995), Tiempo extraño (Hüseyn Mekhdiyev, 1996), El hombre de la estepa (Şamil Aliyev, 2012) y Río abajo (Asif Rüstamov, 2014).