The Crown Season 4
Photograph: Des Willie/Netflix

Visitamos el set de la nueva temporada de The Crown y platicamos con la actriz Gillian Anderson

Netflix estrena la cuarta temporada de su drama inglés protagonizado por Olivia Colman, Tobias Menzies y Helena Bonham Carter

Escrito por
Dan Jolin
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En cuanto a momentos históricos, este es uno de lo más importantes en la política inglesa. Es el 4 de mayo de 1979 y la primera mujer en ser Primera Ministra del Reino Unido se para afuera del número 10 de la calle Downing. Apoyada por el partido conervador, da al conglomerado de reporteros entusiasmados su primera entrevista como ministra. “Me esforzaré incesantemente para cumplir con la confianza que el pueblo de Gran Bretaña ha depositado en mí”, entona en esa voz inconfundible de maestra severa, antes de citar a San Francisco de Asís: “En donde hay discordia, traigamos armonía”, empieza seriamente. Debajo de un peinado con demasiado spray para el cabello, la Dama de acero se disuelve en una risa al estilo de la actriz Gillian Anderson. 

Entendí por qué me pidieron que interpretara a Thatcher. Es decir, ella y yo tenemos muchas similitudes, que no voy a compartir con ustedes.


En la cuarta temporada de la serie de Netflix The Crown, Anderson se convierte en la sexta actriz en compartir una habitación con la reina Isabel II (actualmente Olivia Colman). Su media naranja es el creador del show, Peter Morgan; "Un día él dijo: “Hmm… ¿Crees que serías capaz de interpretar a Margaret Thatcher?”’, recuerda Anderson. “Entendí por qué me preguntaba. Quiero decir, Thatcher y yo tenemos algunas similitudes, las cuales no compartiré con ustedes. Pero si no hubiera pensado que podría ser capaz de hacerlo, hubiera dicho: “¿Cómo te atreves?”’.
 
Es la parte previa al encierro de 2020 y la notable transformación de Anderson no es la única en evidencia. Estamos en el lote trasero de los estudios Elstree, Hertfordshire, una vez hogar de la casa de Big Brother. Ahora, alberga una recreación fiel de la casa de ladrillos negros de la Primera Ministra; o más bien, su primer piso. Encima y detrás se asoma una gran pantalla verde, en la cual se van a añadir el resto de los edificios a través de efectos especiales. Del otro lado del lote se encuentra el palacio de Buckingham. Es como si los dos hubieran sido puestos deliberadamente en esa posición, en una especie de duelo de miradas arquitectónico.


Esto es apropiado si consideras que la cuarta temporada aborda las tensiones en la relación entre la Sra. Margaret Thatcher e Isabel II: 11 años en los cuales, gracias al estilo divisorio y las políticas de Thatcher, hubo más discordia que armonía.

“Son dos mujeres que parecen haber tenido mucho en común, aunque al mismo tiempo tan poco”, dice el productor ejecutivo y director Benjamin Caron. “Para su primera audiencia, estaba interesado en espejear a estas dos mujeres, para que te de la sensación de que son muy similares y se deberían de llevar bien. Claro, conforme progresa, en realidad no lo hacen”, comenta.
 
Como señala Caron, ninguna de las juntas de la Reina con la Primera Ministra fueron grabadas. Es, por lo tanto, cauteloso de que alguien trate las audiencias del show como históricas más que dramáticas. Pero The Crown sí se esfuerza por lograr autenticidad en su recreación de una era —esta vez son los ochenta—, tanto a través de los sets en Elstree como el uso de locaciones, muchas en Londres.

Foto: Cortesía Netflix.

A parte del palacio, muy poca de la capital está restringida para el show. “Me sigo pellizcando para que podamos cerrar la calle The Mall”, dice Caron. “Tuvimos a Emma Corrin, que está interpretando a Lady Diana Spencer, conduciendo a lo largo de ella con la cabeza fuera de la ventana de un taxi, con el verdadero Palacio Buckingham atrás de ella. Se sintió bastante descarado”, comenta el productor.

De regreso en Elstree, me dan un tour fascinante de lugares tan extrañamente familiares como las habitaciones de la Reina (su cama es diminuta) y la sala de gabinete, dominada por esa larga mesa en la cual se han tomado tantas grandes decisiones.
 
Para Anderson, todo fue muy abrumador al principio: “Cuando llegue por primera vez para una prueba de peluca, estaba caminando casualmente en la sala del gabinete y en este cuarto masivo en donde estaba la mesa de Thatcher”, recuerda la actriz. “De repente, sentí el peso de lo que había ausmido”, recalca.

Pero entonces la llevaron al departamento sobre el número 10, en dónde la Primera Ministra llevaba a cabo las reuniones con su círculo íntimo. “Tanta atención, esfuerzo, cuidado, amor y detalle había sido puesto en él”, dice Anderson. Aquí, interesantemente, su miedo se disipó. Era casi como si, en medio de la meticulosa recreación de este espacio semidoméstico, hubiera encontrado —¿nos podemos atrever a decirlo?— el corazón de Thatcher. “Había algo reconfortante en entrar a ese set. Me sentía como si todo fuera a estar bien”. 
 
Y esa es la clave para The Crown: así como es sobre grandes momentos históricos, es también realmente personal.
 
The Crown Netflix. Estreno: Domingo 15 de noviembre.

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