Cocina mexicana
Foto: Mattza Tobón

Restaurantes de comida mexicana

La comida de todos los estados de la república es la que compone la gastronomía de la CDMX

Escrito por
Time Out México editores
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Descubre las loncherías, las mejores tortas ahogadas y chiles en nogada en la Ciudad de México.

Comida mexicana en la CDMX

El Lago
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Miguel Hidalgo
  • precio 4 de 4

Su lema es que son “El restaurante más bonito de México”. Desde su apertura en 1964 su calidad gastronómica ha fluctuado en fuertes altibajos. En algún punto se convirtió en un restaurante exclusivo para extranjeros, comidas de negocios y gente mayor, para muchos quedó en el recuerdo como el lugar donde alguna vez comieron con la familia, es un lugar que hoy sigue inspirando nostalgia. Su presencia junto al Lago Mayor del Bosque de Chapultepec ha perdurado por más de 50 años; o dicho de otra manera, es un ícono de la historia restaurantera de la Ciudad de México. El nombre Félix Candela te sonará más familiar si lo relacionas con el edificio de la Bolsa Mexicana de Valores; el Mercado de Coyoacán; así como las estaciones del Metro San Lázaro, Candelaria y Merced; todas construidas por el mismo arquitecto que le dio forma a El Lago, con su diseño característico de paraboloide hiperbólico. Esto resultó en un estético restaurante con una de las mejores vistas panorámicas a un costado del lago, posteriormente retocado por Sordo Magdaleno, arquitecto de los hoteles Presidente Intercontinental y Sheraton María Isabel. En El Lago no encontrarás propuestas sofisticadas de gastronomía, sino comida mexicana. Hoy, por qué no, se enfoca en la cocina mexicana contemporánea, esa que involucra ingredientes de cualquier parte de México y presentaciones llevadas a la región más colorida y vistosa para el ojo. Aún se mantiene ideal entre los restaurantes para turistas porque el enamoramiento q

San Ángel Inn
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • San Ángel
  • precio 3 de 4

Quizá deberíamos advertir al lector: a este lugar acuden políticos y personajes que vieron su mejor vida en los años setenta. También vienen los turistas que buscan a Frida Kahlo. Y, muy probablemente, tú con tus papás. Este espacio es una atracción turística en sí misma: ex monasterio, ex hacienda colonial, ex hotel, ex espacio universitario (aquí estuvo parte de la primera Ibero) y finalmente, restaurante… un escenario por el que ha pasado todo aquel personaje que ha tenido algo de relevante en la historia mexicana del siglo XX, por lo menos. Además está en una de las zonas más hermosas de la ciudad y la comida que ofrece ha logrado respaldar una larga trayectoria y satisfacer durante décadas a una clientela que es de suyo muy exigente. Pero también representa ese México que se va quedando como reliquia de un tiempo que difícilmente volverá, como un retrato que año con año va perdiendo su colorido. Al mismo tiempo, como todo lo que acumula años, también va acumulando secretos. Aquí un consejo: cierra el menú y pide el Paillard Ranchero. Y te decimos que lo cierres porque no viene ahí: es una tradición del lugar. Lo piden los que saben. Este platillo viene a la plancha con adobo, es un corte de ternera muy suave que se recomienda término medio porque es muy jugoso. Viene acompañado de una chalupita de guacamole, esquites de la casa y un chile poblano relleno de queso, además de salsas y tortillas hechas en la cocina del San Ángel Inn. Recomendamos también la sopa de tortilla

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Hogaza Panadería Gourmet Restaurante
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Panaderías
  • San José Insurgentes
  • precio 1 de 4

La expresión “huele a pan” toma un sentido completamente diferente cuando pasas por esta panadería, especialmente entre 1 y 3pm, pues es la hora de la comida de los oficinistas en la zona de Barranca del Muerto. La calle no sólo huele a pan, sino que huele a toda la gama de aromas que un horno puede expedir; como especias, levadura y alguna salsa. Esto se debe a la bipolaridad de la Hogaza, porque de ser una panadería en Plateros (a la vuelta), expandió sus horizontes para ofrecer más delicias que combinen perfectamente con un pan fresco y recién horneado en este restaurante. Ahora puedes disfrutar de ambas modalidades.  Todos los panes como cuernitos, baguettes, pasteles y tartas de la panadería, también los puedes adquirir aquí. Este restaurante tiene una terraza con un par de mesas y en el área interior unas cuantas más para que comas y bebas café chiapaneco recién hecho. El menú es como el de una fonda y los precios lo sustentan. Para desayunar hay chilaquiles con pollo o huevo, a 40 pesos. Tienen todas las posibilidades de revoltura con huevos: con chorizo, salchicha, tocino y hasta espinacas. Si tienes el estómago delicado pide un plato de frutas surtidas con queso cottage. En realidad, yo probaría los molletes porque el pan es excelente y en el menú los anuncian con “con pico de gallo y un toque de especias”. Para comer la cosa se pone aún mejor, hay ciabattas con jamón de pavo, serrano y de pechuga; probé la de salami artesanal con queso manchego y quedé mucho más que

Filigrana
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Cuauhtémoc
  • precio 3 de 4

Filigrana: técnica de elaborar piezas con finísimos hilos de metal, o como a la chef Martha Ortiz le gusta referirse para hablar de su nuevo restaurante, los hilos de sabor que nos unen. Audacia y diversión son dos aspectos que rodean a esta propuesta de cocina mexicana, cuyo interior parece cuento de hadas con brillo propio gracias a sus ventanales alusivos a cristales. Acomódate en los kitsch y muy acolchados sillones para iniciar con tres gorditas de maíz multicolor: negra con hongos y mucha sazón; verde con suculento queso derretido y epazote; de masa natural con crujiente chicharrón. Un par de insectos y charalitos aterrizaron en el muy fresco guacamole con habas para darle cuerpo a cada mordida y toques salados. Sí, es un arroz cremoso de $182, pero cada bocado merece un bailecito de premiación, es delicioso: abrazado por la acidez del queso chiapaneco vertido encima, pétalos de flor de calabaza con espárragos y crujiente de queso para rematar. Textura y sabor entrando en armonía en el paladar. El porkbelly aterriza con elegante sencillez, donde la proteína cede a un buen agarre semi-grasoso y el mole rosa lo hace con notas de almendra. Un gusto palpable también a la vista. Puede acompañarse del filagranita a base de mezcal con tepache, para que la espuma de sal de insectos deje sensaciones limpias. “Experiencia o vivencia dulce” para nombrar la sección de postres, un sentido muy atinado: el flan de queso estilo Chiapas con salsa de cacahuate y caramelo abraza la frescu

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La Casa de los Tacos
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Zona Metropolitana
  • precio 1 de 4

La cocina mexicana se la toman muy en serio en esta taquería de Coyoacán, el olor a parrilla y a tortillas comaleadas te llenan de inmediato la nariz. Puedes probar unas calabacitas rellenas de chile poblano en una salsa de pulque o unos tacos de chorizo verde de sabor artesanal. Pero, una de sus especialidades son los gusanos de maguey y los chapulines, aquí los saben preparar así que no puedes dejar de probarlos. Están los chinicuiles, que son los gusanos de maguey rojos, o los meocuiles, que son blancos. Los acompañan con un guacamole fresco, totopos y unas tortillas recién hechas. Pregunta si tienen jabalí o venado, pues también son otras de las especialidades de esta cocina típica mexicana. 

El Huarache Azteca
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Zona Metropolitana
  • precio 1 de 4

Pareciera que han estado entre nosotros durante siglos, pero la historia de los huaraches está muy bien documentada y no han cumplido ni los cien años. Resulta que son invención de la señora Carmen Gómez Medina, quien tomó un tlacoyo y lo llevó al límite, agrandándolo de tamaño y friéndolo en aceite o manteca. Como Pokémon, el tlacoyo evolucionado recibió el nombre de lo que más se le parecía: un huarache. Esto ocurrió cerca del mercado de Jamaica, donde sus hijos siguen sirviendo huaraches en decenas de variedades, y donde también hay más oferta de huaraches para que puedas escoger sin miedo. La casa del huarache primigenio no se queda atrás en las propuestas de huaraches. Desde 1935 en la calle de Torno, donde todavía quedan talleres con torno, este local sirve huaraches originales rellenos de frijoles espectaculares, como si fueran maneados.  Hay muchas opciones y para ir a la segura es algún huarache que lleve queso Oaxaca, que llega derretido y para comerlo hay que estirarlo y estirarlo. El huarache campestre, lleva champiñones y de las dos salsas que te ofrecen, no decepciona para nada.

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  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Clavería

Muchos le atribuyen el mejor pozole de la CDMX a este lugar que, además de su comida, tiene la peculiaridad de ser la primera sucursal de la cadena. Tomando en cuenta que empezó en 1986, y que ahora existen 54 sedes suyas espolvoreadas por toda la capital y la zona metropolitana, se entiende el por qué de la importancia de la ubicada en Clavería, donde todo comenzó detrás de un zaguán donde se vendían garnachas. A pesar de ser el más antiguo, en éste local las cosas funcionan bastante similar a los otros 53: las órdenes se piden mediante hojas de control donde se seleccionan los alimentos y bebidas, el servicio es rapidísimo y, claro, siempre está lleno de gente. El hecho de ser la matriz es algo que se adivina de una forma más simbólica. No rebatiremos que su pozole rojo es de las opciones estelares, pero tampoco queremos dejar atrás a sus quesadillas de flor de calabaza con queso, o con hongos, el sope de cochinita, la tostada de pata y de tinga, las flautas de pollo, los chilaquiles verdes y, en apartado especial, sus salsas picantes. Son cuatro y cada una le da un toque distinto a la comida. La verde cremosa y la roja de chile de árbol, son las mejores. Recomendamos ampliamente el Tomatoño, las aguas de tamarindo y jamaica, y sus manteconchas.

La Poblanita de Tacubaya Patriotismo
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Escandón

La hermana menor de La Poblanita, que sí está en Tacubaya (1947), ya tiene casi una década deleitando los paladares de los colonos con especialidades mexicanas. Entre semana tiene un toque godínez que los sábados y domingos se convierte en ambiente 100% familiar. Aparte de caldos de gallina, variedad de moles, guisados y otras especialidades, hay menús para tu próxima fiesta. ¿Lo mejor? La temporada de chiles en nogada empieza desde el Día del Padre. Es buena opción para llevar al amigo extranjero y consentirlo sin gastar mucho, mientras Diego Rivera, Frida Kahlo, Benito Juárez, Miguel Hidalgo ¡y hasta Luis Miguel! los observan desde un mural.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • San Miguel Chapultepec
  • precio 2 de 4

México y sus diferentes estilos de comida tiene un diferenciador: el taco al pastor. Aunque innovar en este rey del after party sea un reto, en La Sirloinería lo hicieron muy bien utilizando carne sirloin (la que se obtiene de la parte superior del lomo). Ubicado en la San Miguel Chapultepec, el concepto fue creado por Rodrigo Rodríguez y Karyna Garduño, quienes tuvieron la idea de filetear el sirloin con un marinado de carne asada acomodándolo en trompo de pastor, así la carne se conserva jugosa.  El taco de sirloin, pieza básica del lugar, se hace con prime beef angus certificada sobre tortilla de maíz criollo; es suave y de sabores concentrados, va bien acompañado de queso gouda. Combínalo con las salsas: hay de morita, jalapeño, cacahuate y mango habanero, hechas de manera natural y con equilibrio de picor ideal. Taco con proteína de calidad que con su costo de $25 suena justo en calidad-precio para quienes busquen experimentar con sabores urbanos y muy mexicanos.  Caramelo es un chicharrón hecho de queso gouda con jugosa carne y trocitos de piña planchada, misma que le da un dulzor agradable. O bien, dirígete hacia la marquesita, que contraria a ser dulce, es una versión hecha de sirloin y queso gouda envueltos en una tortilla norteña. Se aventuraron con aguas de sabores raros y riquísimos: tienen de mazapán, aunque la de cardamomo fue mi favorita; bebidas de toques extravagantes e ideales para desenchilarse. Lo que para muchos puede ser crisis para otros es una oportuni

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Polanco
  • precio 3 de 4

Ser un restaurante de abolengo es cosa seria. Se trata de sobrevivir no sólo años, sino décadas y seguir siendo convincente. La verdad yo estaba reticente a visitar Los Almendros. Me recordaba a las comidas familiares llenas de tíos de mi infancia. Así que acudí a la defensiva. “¿De entrada unos taquitos de cochinita pibil, qué le parecen?”, me dijo el mesero. Accedí. Los trajeron. Los probé. Si es posible hablar de equilibrio en el pibil, aquí era el caso: ni muy seco, ni escurriendo, ni muy ácido, ni muy insípido. La precisión del pibil comenzó por convencerme.Luego siguió la sopa de lima. Un potaje al que soy especialmente adicto, y por lo tanto, me considero capaz de discernir entre la imitación y la verdadera. Aquí estábamos hablando en serio y nuevamente el equilibrio en el sabor: no predominaba el cítrico, pero tampoco el consomé. De plato fuerte el mesero (de guayabera rigurosa, faltaba más) recomendó el pollo Los Almendros, incluso por encima del Poc-chuc del que el restaurante se vanagloria de haberlo creado en 1962. Temo que no se equivocó: una suerte de pipián almendrado de resonancias sutiles que combinaba a la perfección con la pierna y el muslo. Acompañado, por supuesto, de tortillas hechas a mano. A estas alturas ya había yo recibido una lección sobre el abolengo: esa capacidad de ser clásico aún a pesar de las modas gastronómicas. Como sea, la perfección no existe: en el café fallaron, era un expreso demasiado ácido para mi paladar. En fin, una tacita no iba

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