El miedo provocado por la violencia imposibilita ver aquello que es fundamental, asegura la coreógrafa y bailarina Tania Pérez-Salas. Regresa a los escenarios para presentar Macho Man XXI, pieza coreográfica que aborda con humor el tema del machismo.
La obra fue construida a partir de la idea del miedo, un estado en el que “no eres dueño de ti y no hay posibilidad de concentrarte en tu persona, sino en quien te agrede”, explica. Su compañía trabajó con conceptos de la violencia de género a través de la improvisación y la traducción de sensaciones a movimientos.
Para conformar la pieza llevó algunos estados, como el sofocamiento y la opresión, a los cuerpos de los ejecutantes. En varias situaciones fue difícil, pues los bailarines extranjeros no tenían arraigado el contexto del machismo como se vive en México, en el que la mujer está muy limitada para expresarse.
Relacionado con la estética popular, este montaje dancístico incluye elementos que exploran la identidad de lo mexicano: gamas de colores típicos, música de Nortec y ambientes cotidianos del país. También está presente, aunque no de forma explícita, la indiferencia de las autoridades hacia los actos violentos.
Macho Man XXI propone una mirada distinta sobre esta temática tan compleja. “No es una coreografía oscura. Jugamos con el drama y reímos un poco”, asegura Tania. Sin embargo, está consciente del alcance trágico del problema y que con un simple comentario machista, “el eco de la violencia es brutal”.