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Es la versión francesa de una comedia romántica, completamente anti-Hollywood. En esta cinta, la historia de amor perfecta sucede en los primeros minutos. El joven guapísimo y la joven hermosa se conocen en una situación romántica y simpática, tienen la relación ideal y la boda más linda. Luego, él muere atropellado. Nathalie queda viuda y completamente destruida.
Para bloquear el dolor y cualquier tipo de sentimiento, se sumerge en su trabajo y se convierte en una especie de robot. En la chick flick gringa, esta es la parte en la que conoce a un hombre más guapo que su difunto esposo y se enamora al instante, recuperando la esperanza y las ganas de vivir. En la versión francesa, la joven se interesa en uno de sus empleados, Markus, que está lejos de ser más guapo que su difunto esposo –está lejos de ser guapo, punto–. La relación no es fácil ni de cuento de hadas, Nathalie duda y Markus no se la cree (nadie, de hecho). Aunque es anti-Hollywood termina siendo igual de cursi, lo que para algunos será un alivio y para otros una decepción.