Lx Lxca es el nuevo lugar de moda en el Centro que tiene una personalidad ya definida, heredada de Rico su hermanx mayor de Zona Rosa, donde lo único que importa es bailar y aprovechar las promociones en cerveza.
En pocos meses (durante la pandemia era secreta) el antro en República de Cuba que abre de jueves a sábado desde las 8pm, donde las filas casi llegan a la esquina, es el lugar donde todxs quieren estar. Debes saber que para pasarla bien en Lx Lxca, a ir que ir con tiempo; llega antes de las 9pm que no hay cover. Si lo haces después tendrás que esperar cerca de 40 minutos en la fila, como yo que me formé a las 11pm. Pero, eso sí, de que entras, entras.
Aprovecha la espera para socializar y conocer personas, un elemento de seguridad te irá informando cuánto falta para ingresar. Entré pasadas las 12am, después de esta hora pagas 150 pesos. Al ingresar y cruzar la cortina oscura que sirve de filtro para la heterónoma, las paredes negras se extienden hasta los baños al fondo del lugar. Y de ahí todo es fiesta.
Punto para los baños que cuentan con espacio suficiente —fácil, caben dos, guiño, guiño— donde puedes ponerte las medias cómodamente o arreglar la peluca. Los espejos que decoran el pasillo te hacen sentir en pasarela mientras te rindes al narciso (o los mirones curiosos), en el reflejo.
No hay sillas. No hay mesas. Solo un escenario y la pista, suficiente, para poder perrear hasta el inframundo. Que es lo más relevante estos días. La barra situada estratégicamente a mitad del lugar te permite ver el show de go go musculosos o la presentación de las dragas más populares del momento. Pedí unas cervezas que cuestan tres por $100. Si te animas por un trago la variedad es aceptable, pero nada nuevo bajo el sol. Con $200 es suficiente para un par de gintonic y con $500 la armas perfecto.
Aunque la pista no es enorme —todos los antros en República de Cuba son así— cumple para bailar y disfrutar de las performances en turno. Desde cualquier punto en Lx Lxca ves perfecto el show de Lupita Kush, Georgiana, Memo Reiry o a la maestrerríma Paris Bang Bang. Depende de qué día vayas y qué evento te toque.
Entendí la fila cuando me sorprendí bailando a metros de Lexxa Fox o Manelyk, el antro es tan popular que invitados especiales se mezclan entre la gente. En pocos minutos el sudor atrapaba mi frente, y la de la concurrencia, mientras bailaba al ritmo de Black Pink, Selena y Bad Bunny. De pronto me sentí en el video de “I’m Slave 4 U” de Britney Spears, con todos esos fluidos escurriendo de nuestros cuerpos… y del techo.
Más tarde, me di cuenta de que las paredes también nos seguían el ritmo: la mayoría estábamos empapados. Eso es lo único que puede no gustar a los más exigentes, pero no le resta diversión a la experiencia. Pedir una cerveza puede resultar toda una odisea cuando, sin avisar, sueltan promociones y todos corren a la barra.
Totalmente aislado de lo que sucede afuera; la pista y la casi oscuridad invitan a perder las inhibiciones. No sé si fue el sofocante calor o el alcohol que aleja el pudor, pero más de unx locx solo vestía la mitad de sus prendas ya entrada la madrugada. Para nada es queja.
Aquella calle que hace una década sacaba a la comunidad de Zona Rosa para visitar “El Marra”, ahora tiene vecinxs dignxs del camino que este abrió. Larga vida a las noches de fiesta en República de Cuba.