Durante el verano de 1978 The Rolling Stones realizaron un tour de promoción en Estados Unidos para su disco Some Girls. Comparado a sus tours anteriores, este tuvo menos producción, pues en ese momento explotaba el punk en Inglaterra y la tendencia era hacia resaltar la música y la actitud, en lugar de tener un fuerte atractivo visual. Ese regreso a lo básico hace de este tour uno de los más valiosos según críticos y fans, pues se parecía más la calidad de la música y se regresa al nostálgico sonido blues.