El mayor deseo de Obdulia Carranza es tener un gato persa. Ante el rechazo de sus padres y ciertos problemas en su vida causados por depresión y soledad, Obdulia huye de casa y comienza una vida nueva. Ella crece y tiene una hija, María Nicolasa, a quien le inculca el mismo amor por los gatos y le hereda el anhelo de tener un minino persa, al que pretende llamar Bruno, incluso si es hembra.
La vida de Obdulia continúa con tintes de soledad y pobreza; aunque se esfuerza para juntar dinero y comprarle el gato a Nicolasa, nunca lo logra y su pequeña no puede ser feliz. La historia da un giro completo cuando Catarino Carranza, el padre de Obdulia, la busca para decirle que su madre está a punto de morir y pedirle que regrese a casa. Aunque al principio ella se niega a ir, su padre la convence cuando le advierte que Santa Claus finalmente le dejó el gato tan deseado y que con su huida ya nunca recibió. Se trata de una hembra llamada Reina Abigail a la que sólo le quedaban seis de sus siete vidas.
Bajo la dirección de la joven dramaturga Lucila Castillo, la obra Leche de gato cuenta con sólo cuatro actores en escena y una escenografía muy sencilla, todo el peso cae en la originalidad del guion, pues se vale del deseo común de cualquier niño (tener una mascota) y lo convierte en una pieza que integra la tristeza y el melodrama con una gran dosis de humor.
Esta producción de la compañía veracruzana Nosotros ustedes y ellos cuenta con las actuaciones de Estefanía Ahumada, José Goro, Gina Cima y Ana María Aguilar, quienes dan vida a la familia Carranza. De seguro su vestuario antiguo y peinados estrafalarios resultarán muy llamativos para los pequeños espectadores.
Al final, el mayor mensaje de esta obra infantil es que a pesar a pesar de lo absurdo y patético de cualquier situación que atravesemos, uno siempre puede reírse y disfrutar del presente.